El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha desestimado la petición de Ecologistas en Acción de suspender cautelarmente el proyecto de urbanización aprobado por el Ayuntamiento de Huelva para el Cabezo de la Joya, símbolo del patrimonio natural y arqueológico de la capital onubense.
Ecologistas en Acción solicitó la suspensión cautelar del acuerdo adoptado en la sesión plenaria de 25 de noviembre de 2020 en la que se aprobó la modificación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del Cabezo de La Joya.
El colectivo ecologisa consideró que las obras, si llegaran a comenzar, podrían hacer perder la finalidad al recurso que sobre el fondo del asunto tiene la organización interpuesto ante el alto tribunal, que no es otro que "la protección del extraordinario valor arqueológico de la necrópolis tartésica del Cabezo de La Joya".
El TSJA, según ha informado Ecologistas en un comunicado, ha desestimado la suspensión del acuerdo plenario, acogiendo la línea jurisprudencial que estima que "la suspensión de los instrumentos de ordenación general, que requieren, a su vez, para su efectiva y última ejecución, actos concretos de aprobación de proyectos o la concesión de licencias de obras, por lo que la ejecución del instrumento normativo no priva al recurso de finalidad legítima".
La Sala ha inicado que no hay riesgo de que actualmente se pueda causar daño al yacimiento arqueológico porque para ejecutar las obras los promotores tendrán que tramitar y obtener previamente la aprobación de un proyecto de parcelación, de un proyecto de urbanización y de un proyecto de ejecución.
"Es decir, aún no se vislumbra cuándo podrían comenzar las obras; si es que llegaran a empezar", han apuntado, será la futura sentencia, valorando todos los hechos y fundamentos, la que decida sobre el fondo del asunto.
La finalidad del recurso interpuesto por Ecologistas en Acción es "defender los singulares valores del Cabezo de la Joya como integrante indiviso de un único sistema patrimonial conformado por los Cabezos, valores que van mucho más allá de la indudable riqueza arqueológica que supone la Necrópólis tartésica que alberga el subsuelo, cuyos hallazgos fueron descubiertos por Juan Pedro Garrido y Elena Orta en 1963 y sin embargo pendiente aún por descubrirse en su totalidad".
Han considerado que la propia elevación y orografía constituye "un auténtico tesoro como patrimonio natural y cultural por sus características estratigráficas, sedimentológicas y paleontológicas" y, además, que dicho patrimonio es "seña de identidad para toda la población onubense y aúna singularidades antropológicas, geológicas, paleontológicas, paisajísticas y también ambientales".
