Cádiz

El fénix de Félix J. Palma

La reedición de su segunda novela, “Las corrientes oceánicas”, devuelve a la actualidad literaria al escritor gaditano

  • Félix J. Palma -

Hubo un tiempo en el que todos odiaban a Félix. Certamen literario que se presentaba, certamen literario que ganaba o quedaba finalista. “Le cogimos manía”, relataba entre risas esta semana su amigo y también aspirante a galardones Daniel Heredia. Félix J. Palma (Sanlúcar, 1968) se hizo experto en premio de relatos, acumuló bastantes, pudo dedicarse a la literatura y, desde entonces, tiene cinco libros de cuentos, siete novelas y un ensayo. Ahora reside en Barcelona, donde mientras ejerce de “coach” literario, prepara sus nuevos libros. Acaba de regresar a las librerías con “Las corrientes oceánicas”, la que fue su segunda novela, que se ha recuperado dentro de una colección de la editorial “Libros y Literatura” dedicada a resurgir títulos como aves fénix.

“Las corrientes oceánicas es, en verdad, la búsqueda de un absurdo, el empecinamiento de un padre por entender la relación con su hijo”, ha explicado esta semana Félix J. Palma en Cádiz, adonde ha venido para presentar esta nueva publicación en la Librería Plastilina. Se editó en 2006 y ganó el premio de novela Luis Berenguer. Venía de hacer tenido un gran prestigio como autor de cuentos. Se puede entender que esta historia era también un cuento, pero más largo.

Narraba la trágica muerte de un niño de siete años en un accidente de autobús. “Él era uno de esos niños a los que Dios se olvidó de inventarles un futuro”. El padre, al que termina abandonando su mujer, no puede recuperarse de esta pérdida y decide quitarse la vida, pero antes toma como misión encontrar la pieza de un puzzle que no habían podido terminar juntos, lo que le lleva hasta una extraña secta satánica.

“Han pasado 16 años desde que salió. Cuando Juan (Fuertes) e Iván (Ricarte), de Libros y Literatura, me hablaron de su idea me gustó mucho. Ellos tenían un blog, pero querían crear una editorial que ayudara a la autopublicación selectiva, en la que los escritores pudieran sentir que se mimaban sus textos, y también hubiese un espacio para libros descatalogados o difíciles de encontrar, y fue cuando pensé en “Las corrientes oceánicas””, resume Palma.

“La mayor tragedia que le puede pasar a alguien es la muerte de un hijo. Pero es un libro con mucho humor, con un punto de tragicomedia”, señala el autor, quien recuerda, con todo, que escribió con sentidas lágrimas el epílogo que cierra esta novela. Después vinieron cinco más, las más destacadas, las tres que forman su llamada trilogía victoriana, que logró que una de sus portadas se anunciara a lo grande en Time Square de Nueva York.

“Fue algo muy impactante. El boom de “El mapa del tiempo” (a la que siguieron “El mapa del caos” y “El mapa del cielo”) le colocó  como uno de los autores más vendidos y destacados del panorama literario del momento. “Ocurrió algo que yo pensé que no pasaba”. Esa trilogía ha llegado a venderse en 30 países, el New York Times lo señaló como uno de los best sellers del año y ha tenido multitud de seguidores. Una estantería completa de la casa de Félix J. Palma está cubiertas con las diferentes portadas de las distintas ediciones de su aclamada trilogía.

Del éxito, de no tenerlo, de escribir, de las musas, de cómo evolucionar, de qué inspirarse habla mucho ahora Félix J. Palma en sus redes sociales y en sus clases porque se ha convertido, desde Barcelona, en “coach” literario y profesor. “Escribir es un camino muy largo”, suele decir. “Y no es bueno recorrerlo solo”. Él ofrece con sus consejos y recomendaciones un acompañamiento constructivo. De todo esto salió su ensayo “Escribir es de locos”, en el que desgrana gran parte de su experiencia.

Su última novela publicada ha sido “El abrazo del monstruo”, una intriga policíaca con dosis de fantasía, en el que ha sido su inmersión en el género de moda de la novela negra. Volver a ver publicada “Las corrientes oceánicas” le ha permitido repasar su evolución como autor, cómo ha aprendido a manejar las estructuras, a renovar las temáticas, a perder frescura, pero ganar en oficio. “Lo que no puede perder un autor es su coherencia. Tiene que haber unas constantes vitales”.

Ya tiene pensado su próximo proyecto literario. No será un regreso a los cuentos, sino a las trilogías. Es lo que le sale. Habrá un poco de absurdo, de tragicómico, de fantasía. Sus constantes vitales. Abandonará el ambiente victoriano para regresar a España para contar tres períodos distintos de la historia de este país. Eso será lo próximo, pero lo inminente es poder releer su segunda novela recién republicada, como un ave fénix que ha resurgido entre los libros.

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