Griñán exporta modelo

Como si de Cibeles se tratase, la pasarela política que ha significado esta semana el cambio de Gobierno hecho por Griñán ha dejado muy a las claras cuál es su modelo.

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 De un lado, consejeros de un claro perfil técnico que avancen en la modernización de Andalucía, algo que para el presidente llega a ser una obsesión porque detesta, dice, la imagen de la pandereta -como todos los andaluces que trabajamos desde chicos y jamás hemos montado en burro-. Entre ellos destacan Ávila, Recio, Aguayo, Díaz Trillo o Clara Aguilera. En otro bando están los llamados a debatirse en asuntos de gobierno de índole más político, entre los que están Mar Moreno, sobre todo al estar llamada a suceder a Zarrías en la fontanería interna, Pizarro e, incluso, Paulino Plata, que, como el corcho, siempre flota y sabe bien manejarse en turbulencias político-parlamentarias. Y una consigna común, austeridad y reajuste en el gasto público, que la cosa está fea, que hay riesgo electoral y que para remontar el terreno perdido, según sondeos, hay que empezar dando ejemplo. Una vez presentado el desfile llega la hora de copiar el modelo y no pocos serán los que por necesidad o por gesto político se unan a la corriente, y posiblemente la primera de todos sea la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, que lleva mucho más de la cuenta demorando el famoso expediente x sobre la larga lista de asesores prescindibles en tiempos de crisis, y en otros también. No sería de extrañar, pero nada de nada, que en Jerez hubiese incluso cambio de Gobierno tras o entre la semana de Pasión, reajuste de concejalías, unificación de alguna de ellas para contener el gasto, algún destierro prolongado por falta de sintonías, todo como en la pasarela sevillana. Y ahora que no está su paisano y compañero Antonio Fernández en Empleo igual prueba otra vez con lo del Erte para ver si, sin conexiones geográficas ni paisanajes, tiene más suerte. Lo del encaje de Fernández en el puzzle político gaditano tras su retorno es letra de otra canción, aunque seguro ya hay quien canturrea ese estribillo.