La jornada del Miércoles Santo ha vuelto a tener como uno de los protagonistas al viento de levante.
El Miércoles Santo de La Isla es un día de contrastes, la nota alegre la pone el Gran Poder desde su barrio de la Bazán y las otras dos hermandades ponen el silencio con los sones de las Capillas de Música.
La Hermandad del Gran Poder salía temprano a las 17.00 horas, y numeroso público se agolpaba en las inmediaciones de la puerta de la Iglesia para recibir a la dorada Cruz de Guía de la hermandad. Todo el barrio estaba en la calle para recibir al Jesús del Gran Poder, esa bellísima imagen que tallara el imaginero Dubé de Luque, al igual que a la Dolorosa, la Virgen del Amor con su maravilloso palio bordado sobre malla dorada.
La estampa de esta hermandad a su paso por el puente que lleva su nombre es de las más bellas y donde numeroso púbico cada año la espera, aunque este año ha tenido que hacer frente al fuerte viento.
La tarde cambiaba de ritmo para ver salir a la Hermandad de la Vera Cruz, salida de gran dificultad debido a las dimensiones de la puerta de la capilla. Esta hermandad salió a la calle sin el Estandarte, sin el Cortejo Litúrgico del Santo Lignum Crucis y los hermanos recogieron sus colas, medidas que se tomaron por el fuerte viento que azotó la tarde. El paso de Misterio iba acopañado por la Capilla de Música Lignum Crucis.
La Orden Seglar de los Siervos de María pone otra imagen de sobriedad en las calles, El Cristo de la Buena Muerte, que tallara el imaginero isleño Alfonso Berraquero, iba a hombros de sus hermanos, lo que es imagen característica de esta corporación. Tras él, su madre la Virgen de los Dolores en un paso de Templete que hoy es único en San Fernando, recuerda a aquellos con los que se procesionaba a principios del siglo pasado. Su paso por el callejón de Ánimas o por Ancha dejan una estampa incomparable acompañada por una Capilla de música.
