Matrícula de deshonor

Rubiales y el beso a Jenni Hermoso

Alguien que lleva dividiendo al colectivo deportivo desde sus inicios (2018) no debería estar al frente de esta entidad

Publicado: 05/09/2023 ·
13:02
· Actualizado: 05/09/2023 · 13:02
  • Luis Rubiales. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Han pasado varias semanas desde que la Selección Española de Fútbol ganara el Mundial y el beso de Rubiales a Jenni Hermoso sigue estando en el candelero, muy por encima del propio logro, siendo uno de los temas que han generado más controversia en este verano, y diría que de todo el año.  

Está claro que Rubiales no es una persona muy querida dentro del ámbito deportivo y que su comportamiento no es muy adecuado siendo presidente de una entidad tan representativa como es la Federación Nacional de Fútbol. Particularmente, creo que debería haber sido destituido hace años. Quien represente a un colectivo tan destacado debería tener cualidades sociales mucho más adecuadas que las de Rubiales, siendo una imagen que representa unos valores que van más allá de la gestión que realiza, y por todo lo vivido, está claro que no es el perfil para dicho cargo.

Alguien que lleva dividiendo al colectivo deportivo desde sus inicios (2018) no debería estar al frente de esta entidad, dado que un presidente tendría que tener valores que aúnan esfuerzo, que cree sentimiento de pertenencia, que rebose honestidad y fiabilidad y que sea querido y aceptado de forma mayoritaria; un modelo de referencia que nada tiene que ver con el actual destituido presidente, a pesar de los grandes logros obtenidos en su trayectoria como tal, que por cierto, es remunerado con cuantías que quintuplican el sueldo del propio presidente del Gobierno y que ascienden en la actualidad a más de 29.000 euros al mes, con una paga extraordinaria de 237.000 euros en diciembre.

Pero a pesar de todo lo que ha generado Rubiales, es curioso que sea el “pico” robado a Jenni el que lo saque de su sillón, un hecho, que por supuesto, estaba fuera de lugar y que en sus respectivas intervenciones ha ido fomentando esa negligente actitud en ese intento por “sobrevivir” a pesar de que estaba abocado al fracaso desde ese preciso instante que lo propinó. Todo lo demás: opiniones, política, sensacionalismo periodístico, etc., que ha dividido al país es para reflexionar detenidamente, dejando latente que aún nos queda mucho por madurar.

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