El barcelonés Jonathan Medina se ha convertido en el primer español en clasificarse para las finales mundiales del videojuego de lucha Tekken 7, una hazaña que ha debido sufragar de su propio bolsillo al no tener ni equipo ni patrocinadores, como sí tienen sus rivales.
Más conocido como Tibetano (su apodo en Tekken), Medina nació en Ecuador en 1999 pero vive en Barcelona desde que era un bebé y compagina su faceta de 'gamer' con la de administrativo en una empresa de comunicación, puesto que la falta de respaldo le obliga a buscarse un trabajo para mantenerse, explica en una entrevista con EFE.
El pasado 29 de octubre, en un torneo internacional de Tekken -videojuego que consiste en combates entre dos personajes, como el Street Fighter- celebrado en Puerto Rico, Medina se alzó con el primer puesto y logró la clasificación para el Tekken World Tour 2023, las finales mundiales, que se celebrarán en Nueva Orleans (Estados Unidos) el 12 y 13 de enero.
Al mundial, por su propia cuenta
Clasificado en el puesto 16 del 'ranking' mundial, estas finales reunirán a los 20 mejores jugadores del mundo, la mayoría de ellos pakistaníes y surcoreanos.
Todos son jugadores profesionales que se dedican exclusivamente al Tekken y tienen patrocinadores o equipos detrás que les pagan, excepto Medina, que asume de su bolsillo todos los gastos que supone desplazarse a torneos que se celebran alrededor el mundo.
"Del top 20 soy el único que no tiene equipo. Todos tienen equipo. Hay gente viviendo de esto, sí. Tiene un sueldo fijo al mes y no hacen nada más que jugar al Tekken", señala Medina sobre sus rivales, algunos de los cuales tienen patrocinadores y hacen campañas publicitarias para grandes marcas.
Su situación es la norma en España, dado que no hay empresas ni equipos que apuesten por este videojuego, a pesar de que en el país hay mucho talento.
"España podría estar entre los tres mejores países de Europa y a nivel mundial entre los diez primeros. Hay talento para competir internacionalmente pero falta infraestructura, patrocinadores y equipos que paguen a los jóvenes talentos que hay", subraya Medina.
Un sueño cumplido
Casi un mes después de esta hazaña, todavía le cuesta hacerse a la idea de lo que ha conseguido y da gracias a la comunidad de seguidores que le arropa, y que mediante pequeñas aportaciones le donó casi 800 euros para ayudar a sufragar los costes del viaje a Puerto Rico.
Aunque el año pasado contaba con un equipo que le cubría los gastos para ir a competir y le proporcionaba apoyos, como el de un psicólogo deportivo, a finales de 2022 cerró y este 2023 ha hecho el camino por sí solo: "Decidí invertir bastante dinero que tenía ahorrado para intentarlo, y si no se da, pues no se da, pero no me quería rendir porque esto es lo que yo quiero, llegar a unas finales mundiales".
Ganar este torneo en Puerto Rico era la "última bala" que tenía para clasificarse para el mundial, un sueño que hacía años que anhelaba y en el que había invertido sus ahorros, que han ido menguando con los viajes para ir a competir en países como Dubai, Grecia, Holanda, Francia, Reino Unido, Suecia o Alemania.
Aunque el balance entre el dinero invertido y el que ha ganado en las competiciones sigue siendo negativo, la clasificación para las finales mundiales, así como el torneo europeo, que se disputará en Madrid el 16 y 17 de diciembre, hace que todavía pueda recuperarlo: 100.000 dólares se reparten los finalistas mundiales, con 50.000 dólares para el ganador, mientras que en el europeo los premios suman 25.000 euros y el primero se lleva 10.000.
"Mi objetivo principal es ganar, tanto el Tekken World Tour como la European Cup. Sé qué es muy difícil porque van los mejores del mundo, pero creo que puedo hacerlo", indica Medina, que, sin embargo, admite que estaría satisfecho con quedar entre los cinco mejores del planeta, mientras que para el europeo confía en quedar entre los tres primeros.
Orígenes
Fue en 2016 cuando Medina tuvo su primer contacto con el Tekken, jugando con sus hermanos sin ninguna otra pretensión que divertirse, pero a raíz de ganar algunos torneos 'amateurs' organizados en un bar de su barrio le entró el gusanillo y entró en los circuitos de competición, descubriendo un mundo nuevo "y lo malo que era".
Tras miles de horas de práctica y otras muchas de estudio de los movimientos de los personajes, ahora Medina centra su preparación en el apartado mental, controlando los nervios propios y sabiendo jugar y aprovechar los ajenos: "He visto a jugadores que son mucho mejores que yo, pero que en un torneo les tiemblan las manos y no dan ni un combo".