Lo que queda del día

Desmond, el de Ob-la-di-ob-la-da (4 julio)

El catálogo musical de temas clásicos utilizado por Hollywood para rellenar las bandas sonoras de sus previsibles éxitos de temporada no suele ser muy extenso, de ahí la reincidencia en cantantes y canciones con excesiva frecuencia. Ya sea porque apuestan sobre seguro o porque han limitado la compra de derechos de explotación, la tendencia resulta más que evidente: a finales de los ochenta no había comedia romántica en la que no faltara algún tema de Sam Cooke o Nat King Cole, el Respect de Aretha Franklin se ha utilizado hasta la saciedad y, más recientemente, le ha tocado el turno a un clásico reggae de finales de los sesenta, You can get it if you really want. El tema, compuesto e interpretado originalmente por Jimmy Cliff, ya fue utilizado en la banda sonora de Hitch. Su director, Andy Tennant, ha vuelto a utilizarlo en su última película, Como locos a por el oro, aunque en la versión de otro jamaicano, Desmond Dekker. El caso de Dekker es notablemente curioso, ya que apenas logró dos grandes éxitos en su vida: esta versión del tema de Cliff y, especialmente, The israelitas, de cuyos ingresos logró vivir cómodamente durante muchos años, en especial, porque el tema ha sido utilizado en diferentes campañas publicitarias que le reportaron interesantes ingresos por los derechos de autor. No obstante, la curiosidad no radica en su triunfo personal, sino en que logró hacerse famoso antes de darse a conocer internacionalmente como intérprete; y fue gracias a los Beatles. Al parecer, durante una de sus estancias en la isla caribeña, los cuatro de Liverpool trabaron cierta amistad con Dekker y Paul McCartney decidió convertir su historia en una de las canciones más populares del grupo, Ob-la-di-ob-la-da. Efectivamente, el Desmond de la canción es Desmond Dekker, y Molly su esposa. Una brillante forma de inmortalizar a un personaje ahora rescatado, de forma casual, por el cine.

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