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Torremolinos

Nuestro Augusto Algueró de Torremolinos

AUGUSTO ALGUERÓ, durante seis décadas indiscutible genio de la música española, decidió un buen día venirse de Madrid al cielo y se quedó.

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El maestro Augusto Algueró, que durante seis décadas mantuvo permanentemente encendido el candelabro de oro de la canción y la música española de calidad, se ha llevado para siempre la pluma feraz que tantas notas hermosas hizo florecer en el jardín exuberante del pentagrama. Inmerso años atrás en la tupida urbe madrileña, donde tuve el privilegio de conocerle cuando él tan eficientemente regía los destinos de su fecunda editorial Canciones del Mundo, primero en la Calle Carmen y después en la de Magallanes, el maestro Algueró decidió un buen día venirse de Madrid al cielo y se quedó a vivir junto al mar en Torremolinos. Las olas de Playamar trepidaban en la terraza de su acomodado apartamento cual si fueran los instrumentos de percusión de la gran orquesta del mar. Aquí dibujó el maestro las últimas corcheas sobre el papel. Aquí le arrancó al piano los postreros acordes. Aquí, en Torremolinos, junto al mar inmenso cuyas aguas han visto navegar siglos de historia, quiso el maestro enterrar el tesoro de su dorada música, un tesoro que también habrán de descubrir las generaciones venideras.

Torremolinos es edén de musas que a tantos músicos inspira. En el propio nombre de Torremolinos se esconden las notas "re, mi, sol"; pero, para el caso, las demás notas vibran al son por simpatía. En Torremolinos descubre el compositor su mina de oro musical. No extraña que, como nuestro Augusto Algueró, fijara su definitivo domicilio en Torremolinos aquel as de la Copla que fue el maestro Juan Solano, que nos legó la inmortal obra titulada "¡Ay, Torre, Torremolinos!", todo un himno que, en la voz inconfundible de la internacional Isabel Pantoja, llevó el nombre de Torremolinos a todos los rincones de España y a muchos de Hispanoamérica. La sublime canción del maestro Solano se ha hecho tema obligado, aunque gratísimo, en el repertorio de nuestras aspirantes a estrellas de la Copla.

También el maestro Algueró dedicó pentagramas a Torremolinos. En su día compuso atractivos temas musicales para el Mesón Galego Antoxo, que podemos escuchar por Internet. Amplia aceptación tuvo asimismo su "Himno a la Madre del Buen Consejo", con armonización de Rosanna Dalmaso, magistralmente interpretado por la Coral de Torremolinos y exclusivamente dedicado a la Parroquia del mismo nombre, en la Plaza hoy denominada de Pablo Ruiz Picasso. Con motivo de su 25 aniversario, la Coral nombró a Augusto Algueró padrino del solemne acto de celebración de las Bodas de Plata. Debido a su delicado estado de salud, el maestro no pudo desplazarse desde la Manga del Mar Menor, donde reposaba. Conserva la Coral con auténtico mimo la carta que aquél envió al respecto, misiva cuyo valor sentimental e histórico adquiere hoy, con la triste partida del maestro, mayor enriquecimiento.

Augusto Algueró queda indisolublemente unido a Torremolinos, el municipio que le acogió con brazos muy abiertos y un más abierto corazón. Muy acertadamente el Ayuntamiento le nombró Turista de Honor en el 2005, con ocasión del Día del Turista, celebración que homenajea al visitante asiduo y al que decide residir en Torremolinos, como aquel Juan Solano que también se hizo nuestro. Y como aquella universal estrella bautizada como Imperio Argentina, nuestra eterna Malena, que, si bien residía en el vecino municipio de Benalmádena, aquí en Torremolinos dejó enterrado el árbol frondoso de su arte, cuyas raíces perviven en el familiar museo que en La Nogalera abrió Fernando Aisa, su mayor admirador. Torremolinos se hace tierra fértil para la musicalidad. Es como si el arte sonoro sembrara definitivamente aquí las semillas fructíferas de la armonía y el ritmo. Y aquí en Torremolinos las sembró para siempre nuestro ya inmortal Augusto Algueró.

AUGUSTO ALGUERÓ
(Pasodoble)
Letra y música: Jesús Antonio San Martín

"Sol de la música es / que enciende en el corazón / el fuego de la ilusión / y la emoción del querer. / Las notas a su compás / van desgranando el amor: / agudo en clave de sol / y grave en clave de fa. / Bello el sonar / de tu melodía / con el vibrar / dulce de armonía, / libre volar / de la fantasía, / ¡qué trepidar / de aires de alegría! / Augusto Algueró, / Augusto Algueró, / de la música emperador, / Augusto Algueró, / Augusto Algueró, / baila el mundo entero a tu son. / Augusto Algueró, / Augusto Algueró, / del acorde genio y señor, / cumbre de la inspiración, / Augusto Algueró, / Augusto Algueró".

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