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Sevilla

'Vida en pausa’: El Síndrome de la Resignación

Una mirada singular, conmovedora, oscura y desolada al drama de la inmigración. Una crítica dolorosa y necesaria al atentado a los derechos humanos...

Publicado: 12/11/2024 ·
13:21
· Actualizado: 12/11/2024 · 13:21
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  • El director griego Alexandros Avranas y la actriz Eleni Roussinou. -

Empezando por el final, según rezan los títulos de crédito de esta hermosa y desgarradora película: «Desde 1998, se han registrado numerosos casos del Síndrome de la Resignación en Suecia. En 2014, la Agencia Sueca de Salud reconoció la posibilidad del diagnóstico de esta condición. La mayoría de los afectados son niños refugiados de antiguos Países Soviéticos y de Yugoeslavia. En vista de los conflictos recientes y sus consecuentes migraciones, se espera que los casos de este Síndrome aumenten exponencialmente»

Y Linda Pressly en la página BBC NEWS MUNDO lo describe como: «La misteriosa enfermedad que sólo ocurre en Suecia y que sólo afecta a l@s hij@s de quienes buscan asilo en el país. Los síntomas incluyen un aislamiento completo, dejan de caminar, hablar o de abrir los ojos. Eventualmente se recuperan»

«El trauma, dice una doctora que les trata en este mismo reportaje, es lo que ha causado su aislamiento del mundo. Los niños más vulnerables son los que han sido testigos de episodios de violencia extrema, a menudo contra sus padres, o vienen de un ambiente profundamente inseguro»

Una vez contextualizado el tema, la historia arranca con una familia rusa compuesta por un matrimonio de profesores y dos hijas muy unidas, responsables y estudiosas: la mayor, dotada para la natación, y la menor para el canto en un coro.

Corre el año 2018 en Suecia y esperan con ilusión que sea aceptada su solicitud de asilo y hasta fantasean con los nuevos nombres que adoptarán cuando consigan la ciudadanía.

Pero, pese a la violencia atroz que sufrieron, especialmente el padre, por parte de las autoridades soviéticas, de la que fue testigo la pequeña que no ha declarado porque sus progenitores quisieron ahorrarle revivir el trauma, su petición es denegada.

Entonces comienza un calvario, pues la niña citada cae en una suerte de suspensión vital – el síndrome en cuestión – que hace que deba ser ingresada. Pero ni la burocracia se lo pone fácil, ni tampoco el hospital, pues les controlan las visitas y les exigen el relax que no tienen para verla.

Como tienen 10 días para apelar, intentan que la mayor declare como si fuera la testigo y deberá aprenderse su testimonio de memoria, pues no vivió la experiencia. Se niega y se rebela, preocupada como está por su hermana, pero las argumentaciones y la presión de sus madre y padre, la convencen y…

A partir de esa impostura descubierta, también la mayor cae en coma y el asilo aparece cada vez más lejano. Con todo y tod@s en contra, y a riesgo de ser deportados puesto que sacan a las niñas del hospital, contarán con dos aliadas que les facilitarán un alojamiento clandestino y harán lo imposible por reconstruir para ambas una normalidad placentera.

Coproducción entre Francia, Grecia, Alemania, Estonia y Suecia, fechada en el año en curso, de 99 minutos de metraje. La escribe, junto a Stavros Pamballis, y la dirige el guionista y cineasta griego Alexandros Avranas, cosecha del 77.

Su excelente fotografía la firma Olympia Mitilinaiou y su no menos digna banda sonora se debe a Tuomas Kantelinen. La puesta en escena es tan implacable y gélida como el relato y el cuarteto protagonista, junto a l@s secundari@s, están impecables.

Una mirada singular, conmovedora, oscura y desolada al drama de la inmigración. Una crítica dolorosa y necesaria al atentado a los derechos humanos que supone no conceder el asilo a personas en cuyos países peligran sus vidas.

Centrándose, además, en las menores y más inocentes traumatizadas hasta el punto de poner sus vidas en pausa, con los riesgos consecuentes. Una película, en suma, valiente, comprometida, valiosa e imprescindible.

NI SE LES OCURRA PERDÉRSELA.

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