Lo que queda del día

Sensaciones fin de año

Me pone de muy mala leche terminar el año viendo pésimas películas. Ese ha sido uno de los motivos por los que ni siquiera he tenido fuerzas para ponerme ante el ordenador y compartir con vosotros nuevas cuestiones relativas al mundo del cine y del ocio en general. Las culpables han sido Ultimatum a la tierra y, sobre todo, The Spirit -y menos mal que sigo negándome a ver Crepúsculo-. Por favor, no vayan a verlas; guárdense el dinero para algún detalle de Reyes o para cubatas en fin de año, pero, en especial, no las vean porque es una pérdida de tiempo, incluso para los adictos a Jenniffer Connelly y Eva Mendes. Por fortuna, hay otras opciones para alimentar el alma ociosa en estas fechas de bolsillos vacíos y más que desgastados. Entre ellas, uno de los descubrimientos de este final de año: el dúo musical She and Him, que ha debutado con el cd Volume 1. El dúo lo forman M Ward y Zooey Deschanel. El cuenta con una destacada carrera musical, ella es actriz (Casi famosos, El incidente, Di que sí). Al parecer, coinciden en gustos musicales y decidieron unir sus talentos en este simpático y muy bien currado trabajo con aires frescos y cálidos de revival, influencias más que explícitas y una colección de canciones -propias y versiones- contagiosas y felices.

No sólo She and Him me han puesto de buen humor. También la aparición en dvd de una de las películas más divertidas y peculiarmente hermosas de este año: Rebobine, por favor. La ha dirigido el francés Michael Gondry (Olvídate de mí, La ciencia del sueño) y la interpretan Jack Black y Mos Def. Sí, ya lo sé, como para echarse a temblar, pero no lo hagan, déjense seducir por su poesía emocional -la del amor por el cine- y por su virtuosa e inigualable forma de arrancarnos carcajadas -dos pirados haciendo versiones de clásicos de los ochenta para evitar el cierre de un videoclub-. Divertidamente memorable.
Por otro lado, me gustaría haber tenido tiempo para hacer un listado de lo más destacado del año, pero los compromisos lo han impedido, así como un repaso a los títulos navideños por excelencia de la historia del cine, desde Qué bello es vivir hasta Love actually, sobre todo para reivindicar su presencia en las parrillas televisivas y, también, la comercialización en dvd de uno de los clásicos por excelencia, De ilusión también se vive. Tal vez en otra ocasión.
De mis flirteos televisivos, recomendaros que sigáis viendo True Blood -los que tengáis Canal+-; ya tengo vista casi la temporada al completo y hay capítulos de gran calidad -no os perdáis, en especial, el quinto, un homenaje en toda regla a lo mejor de la tradición literaria en torno al mundo de los vampiros-.
Por lo demás, hasta el año que viene y felicidades a todos.

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