En la actualidad, añadió Gabriel Orihuela, existe un tramo de dos carriles, “prácticamente situado entre las calles Pablo Díaz y Cid Campeador, que se encuentra muy deteriorado”. En ese tramo, destacó el concejal delegado de Vías y Obras, “por abajo va el aliviadero del río de la Miel, no el río en si mismo, dado que desde el año 1974 va directamente a Los Ladrillos”, por lo que, por dicho aliviadero, “ sólo pasa agua cuando existe una avenida muy fuerte y el río coge una determinada cota”, por lo que “este colector sirve de aliviadero”.
No obstante, Orihuela incidió en que, dicho aliviadero “está embovedado, con tapas de hormigón prefabricadas, que desde hace tiempo nos están dando problemas, porque se van deformando y algunas se han roto, como consecuencia de que los hierros de ese hormigón armado serían insuficientes o se han corroído con el paso de los años”.
Además, pese a que “existe en la zona una señalización relacionada con el límite del pese de los vehículos que por ella transitan, son pocos los que la respetan y, el exceso de peso, puede haber influido en el deterioro de las tapas de hormigón”, con lo que transitar por dicho sector puede resultar peligroso”. De ahí que, desde hace algún tiempo, en ese tramo se haya eliminado el paso de vehículos, que ha pasado al otro carril, que se ha convertido en dos sentidos de circulación”.
Ante tales circunstancias, Gabriel Orihuela asegura que “el Ayuntamiento va a eliminar las losas de hormigón armado que se han deteriorado, sustituyéndolas por otras con el armado idóneo para el tráfico habitual y el que ocasionalmente se produzca”, por lo que “será levantado ese tramo y después renovado”. Para ello, en la actualidad se elabora el proyecto, con una solución a estas deficiencias. Orihuela afirma que la actuación está presupuestada en unos 600.000 euros”.
“Esperamos que el proyecto esté concluido en un plazo máximo de un mes, porque los elementos prefabricados que son necesarios hay que solicitarlos”, añadió el concejal, antes de añadir que, “mientras tanto se ha reconducido el tráfico de los cuatro carriles, en dos, poniéndolos en ambas direcciones”. Una medida “que en la mayor parte del tramo sea conservadora, porque no queremos correr el riesgo de que se produzca una fisura de las losas”.
