España

Cinco soles para vencer a las nubes

La Semana Santa se inició con incertidumbre, pero sin lluvia en un Domingo Ramos en el que El Perdón regresó a su ermita

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  • La lluvia respetó al final. -
La meteorología se convirtió en protagonista de la jornada del Domingo de Ramos, si bien no impidió la salida a la calle de las cinco cofradías que debían hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. La Hermandad del Perdón era la primera que debía adoptar una determinación. A la luz de las predicciones meteorológicas -que hablaban de un menor riesgo de lluvia conforme avanzara la tarde- decidió iniciar su salida procesional desde la ermita de Guía, felizmente recuperada una vez culminada la urbanización de su entorno. Esa fue la principal novedad que presentó esta hermandad, que estrenó también la presencia de la Banda de Música de la Cruz Roja, de Sevilla, tras el paso de palio de la Virgen del Perpetuo Socorro. Manuel Jesús Tristán ejerció como capataz general de la cofradía. Inolvidable el momento vivido en Tornería, con las interpretaciones de Refugio de San Bernardo y Soleá, dame la mano.

Con la Hermandad del Perdón ya en la calle y con una franca mejoría del tiempo, el resto de corporaciones no encontró motivos para la duda. La Borriquita y El Transporte abrieron las puertas de sus respectivos templos al filo de las cinco y media de la tarde. La salida de la cofradía lasaliana resultó especialmente emotiva al coincidir con el cincuenta aniversario de la bendición de la Virgen de la Estrella, que estrenó el manto bordado por Jesús Rosado. De este modo se completa un conjunto de paso de palio que sin duda alguna está ya a la altura de los grandes de la Semana Santa de Jerez. Cristo Rey también estrenó túnica bordada. Martín Gómez y Manuel Serrano estuvieron al frente de las cuadrillas de costaleros, repitiendo tras los pasos la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Victoria, de León; y la Banda Municipal de Música de Chiclana.

La Hermandad del Transporte impregnó el barrio de Santiago de su especial idiosincrasia, luciendo de modo singular en la calle Merced. La cofradía apenas presentó novedades dignas de mención, estrenándose Manuel Monje como capataz del paso del Señor del Consuelo, si bien en estos últimos años ya venía ejerciendo como auxiliar de José Manuel Muñoz, que volvió a tocar el martillo del palio de Madre de Dios de la Misericordia.

La Banda de Cornetas y Tambores de la Fundación Ruiz-Mateos, de Rota, acompañó al paso de misterio; mientras que la Banda de Música de la Soledad, de Cantillana, se estrenó tras el palio.Poco antes de las seis de la tarde se abrían las puertas de la capilla de los Desamparados para dar salida a la Hermandad de la Coronación, la cuarta que debía plantar su cruz de guía en el palquillo de la Alameda de Cristina. El cortejo de nazarenos estrenó la Semana Santa en el barrio de San Pedro, uno de los enclaves imprescindibles de quienes quieren disfrutar de esta cofradía en la calle. A diferencia de lo que había venido siendo habitual, la clámide que cubre al Señor de la Coronación de Espinas permitió descubrir el torso de la imagen concebida por Pedro Grass y Elías Mer en 1665.Tomás Sampalo repitió como capataz del paso de misterio, que afianzó el modo de trabajar que ya fuera apuntado el pasado año.

La Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Caridad acompañó al Señor de la Coronación. Isaac Núñez estuvo al frente de la cuadrilla de costaleros del palio de María Santísima de la Paz en su Mayor Aflicción, acompasado por la Banda Municipal de Música de Villalba del Alcor. La Hermandad de las Angustias fue la encargada de cerrar una jornada, la del Domingo de Ramos, que estrenó una lejana tarde de la primavera de 1725. El cortejo de nazarenos de antifaz y túnica de cola negra embriagó de hondo sabor cofradiero a la plaza de las Angustias. Minutos después de las siete de la tarde bajaba la rampa del antiguo humilladero la escena de la Piedad que aporta el contrapunto de severidad a la alegre jornada del Domingo de Ramos.

El año pasado no procesionó el Pendón de los Siete Cuchillos debido al fuerte viento. Ayer no lo hizo porque está siendo sometido a un profundo trabajo de restauración que garantice su supervivencia. No en vano, se trata posiblemente de la pieza de bordado más antigua que procesiona por las calles de la ciudad. La escolanía de niños del Oratorio Festivo precedió a la Virgen de las Angustias, al mando de cuya cuadrilla de costaleros estuvo Joaquín Bernal.El cielo se rindió finalmente a las cofradías del Domingo de Ramos, que terminaron disfrutando de una meteorología mucho más bonancible de lo que nadie hubiera imaginado a primeras horas de la mañana.

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