El Partido Popular de La Línea "ante los últimos acontecimientos que se están sucediendo y que están poniendo en gravísima situación el futuro de muchísimas familias de pescadores de nuestro barrio de la Atunara, le pedimos, le instamos y conminamos al Gobierno socialista de Gibraltar que pare de una vez de jugar con el futuro de una comunidad de pescadores linenses que llevan pescando y cohabitando pacíficamente con el medio ambiente desde la época de los fenicios".
En una nota de prensa, el PP dice que "no creemos, honradamente, que la actividad milenaria de los pescadores de la Atunara haya puesto o pueda poner en peligro la riqueza medioambiental que todos disfrutamos en este entorno común. Más bien habría que ser valientes y honrados y preguntarse si acaso el bunkering salvaje que ha permitido y permite tan "alegremente" el gobierno de Gibraltar desde hace años no es el causante de la puesta en peligro de nuestra riqueza natural. Habría que ser valientes y honrados para preguntarse si acaso los cientos de camiones cargados de piedras que a diario cruzan la frontera camino de Gibraltar, precisamente para el lado este de Gibraltar donde faenan los pescadores, y que sirven dichas toneladas de moles para realizar los rellenos, no están suponiendo un atentado de dimensiones colosales para toda la riqueza natural marina ¿Acaso estos rellenos no están terminando con las playas de La Línea? ¿Puede alguien de verdad y honradamente creerse que las artes que utilizan los pescadores de La Línea son contrarias a la legislación europea? Es como si se estuviera poniendo sistemáticamente en cuestión y en sospecha la diligencia con la que los inspectores realizan su trabajo en nuestro país. Y si las artes que utilizan los pescadores linenses de la Atunara son legales desde el punto de vista de la Unión europea, porque si no lo fueran no tendrían permiso de las autoridades españolas para utilizarlas, ¿Cómo puede ser que en Gibraltar, que es territorio de la Unión Europea, no sean legales? Esto lo entendería cualquier persona desde su sentido común. Por todo ello y más, y sin entrar en otras consideraciones que se escapan a nuestro ámbito, le decimos a Picardo que ya es hora de recular"
