Jaén

Un entierro cuesta sobre unos 2.400 euros

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Según un estudio realizado por la Unión de Consumidores de Jaén revela que morirse en la provincia jiennense cuesta, de media, alrededor de 2.400 euros más IVA, una cifra que supone una carga económica importante para numerosas familias, especialmente en estos momentos de crisis.
Aunque las funerarias están manteniendo los precios durante los últimos años, la subida del IVA aprobada por el gobierno este verano y que pasa el tipo del 8% al 21% actual, ha ocasionado que se pase de un total aproximado de 2.600 euros a los actuales 2.920 euros, por lo que todo va en función de si las funerarias han repercutido en el cliente o no esta subida del IVA, según indica el comunicado.
No en vano, el presidente de UCE-Jaén, Alfonso Ibáñez, aclara que resulta relativamente difícil establecer una cantidad determinada para este tipo de acontecimientos, debido a la variedad de precios y la disparidad de las tasas municipales. También influye considerablemente el modelo de gestión del operador encargado de prestar los servicios funerarios (público, privado o mixto).
El análisis realizado por la Unión de Consumidores de Jaén recuerda que los primeros trámites son los burocráticos. Las empresas funerarias suelen ofrecer un servicio básico para todos estos trámites administrativos que oscilan entre los 200 y los 300 euros. Una vez obtenidos los permisos, la familia debe tomar la decisión que va a suponer un mayor desembolso: la adquisición del féretro. El coste medio de un modesto féretro suele rondar los 1.800 euros, aunque puede oscilar dependiendo del tipo de materiales, el acabado y la apariencia que se desee. El más económico se puede encontrar por 600 euros (ataúd de la beneficencia) frente a los más caros que llegan a los 4.000 euros.
En los últimos años, se ha notado un incremento de las incineraciones, una opción que no supone para la familia el desembolso de cantidades tan altas.


Por otro lado, el coste de la urna para las cenizas ronda los 35 euros. No obstante, UCE- Jaén recuerda que la incineración permite un ahorro de los gastos de sepultura, nicho o panteón, los de inhumación y colocación de la lápida. Para Alfonso Ibáñez, la incineración de cadáveres es un servicio funerario en claro auge debido precisamente a que supone una reducción de estos costes frente a la inhumación tradicional en tumba o nicho. La diferencia de precio puede llegar hasta los 1.000 euros debido, principalmente, al menor coste del ataúd, puesto que se utilizan féretros de menor calidad, y al ahorro de la tumba o nicho para el almacenamiento de los restos. Además, en el caso de la inhumación, las tasas municipales suelen ser más bajas. Esta diferencia entre incineración e inhumación pude reducirse mucho más si se elige también nicho para albergar las cenizas.

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