En torno a un centenar de estudiantes y profesores celebraron un funeral por la enseñanza pública en el Instituto Guadalpín. Fue su particular protesta en contra de los recortes presupuestarios aplicados por el Gobierno central que, aseguran, han rebajado notablemente la calidad de la enseñanza.
Según la profesora, Mercedes Ardoy, “lo que se pretende es protestar. Es un paro parcial convocado por un movimiento que se llama Marea Verde que surgió hace un año y medio. Lo que se busca es la calidad de la enseñanza".
Para reforzar sus argumentos, escenificaron un entierro fictíceo, para llamar la atención sobre el hecho de que "la enseñanza pública es algo por lo que se debe y se puede luchar. Hay otra forma de hacer las cosas”, apuntó la docente, quien así mismo explicó que tienen "alrededor de mil alumnos y ha aumentado el número de hora", lo que redunda en un empeoramiento de la calidad de la enseñanza, de tal forma que "no se trata de una reivindicación salarial, ni económica. Nuestra lucha es por la calidad de la enseñanza”. Buena parte de los alumnos de Guadalpín representaron a los enterradores del ataúd que portaba lo que consideran restos de la educación pública.
