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EEUU pide a los aliados un mayor esfuerzo en Afganistán

La Conferencia de Seguridad de Múnich concluyó ayer con un llamamiento diferenciado de Estados Unidos a sus aliados a elevar sus capacidades en Afganistán.

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  • El ministro británico de Defensa John Hutton (i) y el comandante de las fuerzas de EEUU, David Patraeus. -
  • En Europa se sabía desde antes de la victoria de Obama que esa sería su primera petición
  • Pide que eleven sus capacidades materiales y de adiestramiento, pero no las tropas
  • Muchos países habían anunciado ya su intención de no elevar el número de militares
La Conferencia de Seguridad de Múnich concluyó ayer con un llamamiento diferenciado de Estados Unidos a sus aliados a elevar sus capacidades en Afganistán. 

El nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, eligió al comandante en jefe del Mando Central en Afganistán, David Petraeus, como el mensajero más idóneo, por especializado, para comunicar un mensaje inequívoco: “Si queremos que el proyecto Afganistán concluya con éxito necesitamos más capacidades militares”. 

En Europa se sabía desde antes de la victoria de Obama que esa sería la primera petición de la nueva Administración; el temor había quedado reducido a ver cómo lo iba a plantear. 

Finalmente, todo fue más sencillo de lo que muchos habían temido y el compromiso consistió en hacer una petición diferenciada, que no necesariamente implica el refuerzo de las tropas. 

“Pido a todos los países que analicen si pueden elevar su contribución a ISAF”, dijo Petraeus para añadir que no se trata únicamente del componente de combate de ISAF, sino que la aportación adicional puede ser de otro tipo. 

Como ejemplo citó la necesidad de ampliar las capacidades logísticas, el número de helicópteros, aviones, de unidades de informaciones o equipos de tutores policiales. 

En las intervenciones previas, ante la conferencia o en los corrillos de prensa, algunos europeos ya habían dejado claro que no pensaban elevar sus efectivos humanos. 

Por ejemplo, el ministro alemán de Defensa, Franz-Josef Jung, insistió en la necesidad de dar más importancia al componente civil de la reconstrucción y a la necesidad de “ganar los corazones” de la población. 

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dijo que España está dispuesta a seguir con su contribución, pero subrayó que considera que los esfuerzos deben tener más carácter político que militar, que debe haber una “afganización”. 

Actualmente hay “un déficit político y un superávit militar que hay que equilibrar. España cree que hace falta un componente militar pero sostiene que la contribución española es suficiente”. 

Petraeus tranquilizó también los ánimos de los propios afganos y sus vecinos paquistaníes, quienes se habían quejado de los ataques indiscriminados estadounidenses y la falta de sensibilidad frente a la población local. 

El ministro de Exteriores paquistaní, Shah Mehmud Qureshi, sostuvo que “la lucha contra el terrorismo no se gana en los campos de batalla sino en las aulas de las escuelas”. 

También Petraeus tendió una mano a los talibanes moderados de la zona al subrayar que las fuerzas internacionales deben apoyar el proceso de reconciliación interna en el país. 

“Los que están dispuestos a reconciliarse son parte de la solución”, afirmó el general estadounidense.

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