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El líder de los 'Casuals' se enfrenta a 120 años por extorsiones en discotecas

Agredían por encargo y obligaban a los dueños de los locales a contratarlos

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El líder de los 'Casuals', la facción más radical de los Boixos Nois, se enfrentará, en un macrojuicio que se celebra este martes en la Audiencia de Barcelona, a una pena de más de 120 años de cárcel por presuntamente dedicarse a la extorsión de dueños de discotecas, dar palizas por encargo y traficar con drogas.

   Ricardo Mateo, alias 'Lucho' se sentará en el banquillo junto a otros 28 miembros de los 'Casuals' y 'Minicasuals' que, según el fiscal, formaban una banda criminal dedicada a cometer de manera "sistemática y profesionalizada acciones contra la propiedad, la integridad física y la libertad ajenas".

   Algunos de los otros acusados de pertenecer a esta banda se enfrentan a penas que en algunos casos llegan a los 60 años, por delitos como asesinato en grado de tentativa, allanamiento violento de local abierto al público, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, lesiones con objeto peligroso, extorsión y coacciones, entre otros.

   La banda empezó a actuar en 2006 y se organizó con el nombre de 'Casuals', adoptando la indumentaria y apariencia de los hinchas radicales, y practicando "el fanatismo violento en torno al FC Barcelona", sin que esté acreditada su adhesión a los postulados nacionalsocialistas, pese a llevar tatuajes y lanzar consigas con dicho ideario.

   El grupo se especializó en la ejecución de agresiones por encargo y en extorsionar discotecas a las que les pedían dinero o que les contrataran como guardias de seguridad a cambio de no atacar a clientes y generar altercados violentos en los locales, y también al tráfico de drogas.

   Según la fiscal, obtuvieron de este modo "un enorme capital sin desempeñar actividad laboral lícita alguna", destinando las ganancias a sus gastos particulares, inversiones y compra de bienes de elevado precio, como coches de alta gama que después utilizaban en sus negocios ilícitos.

LÍDER INDISCUTIBLE

   Ricardo Mateo ostentaba en los Casuals un "indiscutido liderazgo", decidiendo qué encargos criminales se aceptaban y cómo debían llevarse a cabo, asignando cometidos a sus subordinados y manteniendo contacto constante telefónico y presencial con ellos, principalmente en un bar y una tienda de L'Hospitalet, donde operaban.

   Los procesados se organizaban en torno a dos subgrupos: los Casuals y los Minicasuals --que integraban a los más jóvenes--, aunque "el conglomerado mantenía en conjunto su cohesión a través de una férrea disciplina jerárquica interna impuesta por Mateo".

   Si alguno de sus subordinados incumplía las órdenes, Mateo o alguno de sus lugartenientes les aplicaba correctivos como multas o palizas, llegando uno de ellos a tener que cambiar de ciudad y esconderse para salvaguardar su vida.

   Mateo y dos de los 'casuals' que comparecerán este martes ante el juez como acusados--José Antonio P. B., César I. M.-- fueron absueltos en noviembre de 2012, junto a otros 13 miembros más de la banda, de los delitos de detención ilegal, amenazas y lesiones, por falta de pruebas.

   En este caso, el juez condenó a Mateo a un año de cárcel por tenencia de armas y falsedad documental, de los 52 que la Fiscalía solicitó durante todo el juicio.

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