El Cristo recupera su presente para celebrar una historia centenaria

El Cristo de la Expiración y María Santísima del Valle regresaron en la noche de ayer a la ermita de San Telmo, después de haber permanecido una semana en la iglesia de Santo Domingo en el marco de la celebración del 425 aniversario fundacional de su cofradía. A diferencia de lo que ocurriera el pasado sábado -cuando la hermandad quiso hacer un guiño a su propio pasado- tanto el Cristo de la Expiración como la Virgen del Valle se presentaron ayer en la calle tal cual suelen hacerlo en la jornada del Viernes Santo. De este modo, la cofradía recuperó su propio presente como mejor homenaje posible a quienes durante más de cuatro siglos han contribuido a su evolución estética y formal.
El cortejo -en el que esta vez sí se incluyeron representaciones de corporaciones hermanas- partió de Santo Domingo sobre las siete y media de la tarde, para a continuación tomar por plaza Aladro y Rosario y buscar las angosturas de Caracuel y Bizcocheros. Las imágenes titulares de la cofradía fueron recibidas en este inédito enclave con las ya acostumbradas lluvias de pétalos. La procesión transcurriría después por la Rotonda de los Casinos, para desde allí buscar las calles Mora, Naranjas, Honda y Medina; alcanzando así la plaza de las Angustias, Corredera y Pedro Alonso. El Cristo de la Expiración y la Virgen del Valle se adentraban así en las entrañas de su barrio, que esperaba a la cofradía como si de un Viernes Santo se tratase.