España

Una corriente crítica en la izquierda abertzale llamada IBIL aboga por recuperar lucha armada

En Vizcaya existe un movimiento llamado ELEKA que aglutina a varios grupos de carácter comunista revolucionario

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La apuesta de la izquierda abertzale por las vías exclusivamente políticas no es unánime. El entorno del histórico brazo político de ETA alberga en su seno movimientos críticos como IBIL, unas siglas en torno a las que se organiza una corriente favorable a seguir con la lucha armada, según informan a Europa Press altos representantes de la lucha antiterrorista.

   Estas fuentes explican que, para esta corriente, la actual estrategia de la izquierda abertzale supone una humillación y consideran que lo que se ha hecho ha sido "ponerse de rodillas" ante el Estado. Además critican también que los actuales dirigentes de Sortu han dejado de lado las raíces marxistas-leninistas de la Batasuna original.

   IBIL (caminar) no es el único movimiento dentro de la izquierda abertzale que aboga por volver a la esencia ideológica del movimiento. Hay más colectivos que protestan, entre otras cosas, por la desaparición de la tradicional organización participativa y asamblearia que se ha perdido tras la creación de Sortu, un partido de estructura tradicional con estatutos, cuotas y afiliados.

   Siempre según las fuentes consultadas, estos movimientos no son de nueva creación, pero sí han ganado cierta relevancia en los últimos tiempos, principalmente en Vizcaya donde se ubica un movimiento que bajo el nombre de ELEKA aglutina a varios grupos de carácter comunista revolucionario.

   En cualquier caso se trata de corrientes todavía minoritarias dentro de la izquierda abertzale sin capacidad para forzar cambios en la estrategia considerada posibilista.

TAMBIÉN CRÍTICAS EN LAS CÁRCELES

   Este no es el único frente en el que han surgido voces críticas hacia la actual dirección de la izquierda abertzale. También en las cárceles hay presos y familiares de éstos que censuran que mientras en las prisiones resisten cumpliendo sus penas íntegras sin acogerse a los beneficios que permite la Ley, su brazo político ha vuelto a las instituciones tras haber aceptado la Ley de Partidos.

   Fruto del descontento, las Fuerzas de Seguridad han detectado que familiares de presos que integran el EPPK, históricamente sometido a la férrea disciplina de ETA, han contactado con internos que rompieron con la banda para acogerse a medidas de reinserción. Piden información sobre el modo y las ventajas de asumir la ley penitenciaria a cambio de beneficios en la cárcel, informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.

   Estas fuentes añaden que en algunos casos no contactan directamente con el preso, sino con su entorno más cercano. Son varios los internos que se desvincularon en su día de la organización y ahora disfrutan de terceros grados o salen a diario varias horas a trabajar. También se mantiene el fenómeno contrario: familiares que disuaden a sus allegados en prisión de la tentación de salirse de la disciplina terrorista.

   Aunque no consta por el momento que se hayan materializado nuevas deserciones, la ruptura con ETA es el camino que en última estancia le queda a los algo menos de 600 presos que aún hoy componen el EPPK, según los análisis de los expertos consultados. Lo achacan al cansancio al que se enfrenta el colectivo tras la indiferencia con la que el Gobierno recibe sus reivindicaciones.

 

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