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El Laboral Kutxa suma su segunda victoria ante un rival sin recursos

Ambos equipos saltaron a la pista con tensión, lo que se tradujo en una evidente falta de organización que derivó en numerosos fallos en una y otra área

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El Laboral Kutxa ha sumado su segunda victoria de la temporada ante un Valladolid sin recursos, que apenas aguantó los primeros diez minutos y que se mostró incapaz de encontrar la motivación y la mordiente necesaria para intentar competir, con la única excepción de Haritopoulos.

Ambos equipos saltaron a la pista con tensión, lo que se tradujo en una evidente falta de organización que derivó en numerosos fallos en una y otra área, con malos lanzamientos y errores en el pase, con los que se establecía una igualdad en el marcador que el Laboral Kutxa trataba de deshacer desde la línea exterior.

Y fue precisamente ese mayor acierto en los lanzamientos triples el que permitió al conjunto vasco obtener una renta de cuatro puntos (13-17), que se ampliaría a siete antes del final del primer cuarto, ante un rival que se mostró muy flojo en defensa y que adoleció de falta de intensidad.

Los vallisoletanos, conscientes de esas carencias, mejoraron sus prestaciones defensivas y, dirigidos por el debutante Rowe, endosaron a los de Scariolo un parcial de 7-0 para volver a equilibrar el resultado (20-20), si bien duró muy poco la reacción local, ya que los cambios realizados por Casas la sesgaron.

El Laboral Kutxa supo aprovechar bien la inoperante defensa del CB Valladolid, con un Vasilopoulos fuera de lugar que tampoco encontró apoyo en Sinanovic en el juego interior, para volver a hacer valer su efectividad desde el exterior y aumentar las diferencias hasta el 24-40 con el que se llegó al descanso.

El hecho de tener que ir a remolque lastró el juego de los locales que, aunque notaron cierta mejoría con Haritopoulos y Johnson, no pudieron con el empuje y calidad de jugadores como Diop o Nocioni, muy acertados en el plano ofensivo y que ampliaron la ventaja hasta los 21 puntos (39-60).

La máxima quedaría establecida en 23 puntos (42-65) al término del tercer cuarto, gracias a esa mayor intensidad de los vitorianos, que contaron con el trabajo y entrega de San Emeterio, el mejor de su equipo.

Aún quedaba un último tiempo y Casas tardó poco más de dos minutos en solicitar un receso, ya que su equipo vagaba por la pista para convertirse en mero testigo del juego visitante, que seguía incrementando la renta (44-68) hasta derivar en los 29 puntos finales (58-87).

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