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Deportes

Mireia Belmonte en números

Mireia es de otro planeta y sus números lo ratifican

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Mirea Belmonte ha marcado un antes y un después en el mundo de la natación y del deporte. Su tesón, disciplina, esfuerzo y trabajo tienen su recompensa y ésta se traduce en medallas y grandes logros.

Mireia es de otro planeta y sus números lo ratifican. Con 24 años, colecciona títulos que ningún nadador, ni mujer ni hombre, ha conseguido nunca. Cuenta en su tribuna con más de 100 medallas y, sobre su espalda, con 4 récord mundiales, 2 de europa y 7 de España dentro de sus plusmarcas vigentes.

Nació en Badalona el 10 de noviembre en el seno de una familia humilde y siendo la pequeña de familia con solo un hermano mayor. Su llegada al mundo de la natación fue casual, ya que le diagnosticaron escoliosis y el médico recomendó a sus padres corregir este problema mediante esta actividad. Así fue como poco a poco fue convirtiendo la necesidad en virtud y con 12 años le llevaron a entrenar al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat.

Allí sigue entrenado a día de hoy mientras estudia Administración y dirección de empresas a través de la plataforma 'on line' de la UCAM, la universidad que la patrocina por completo en la actualidad tras quedarse sin club, sin nómina y sin licencia para competir en 2013.

En este mismo año, tras fichar por la UCAM, recibe el Premio a la Excelencia del Deporte y la distinción del Gobierno de la "Real Orden del Mérito Deportivo 2013". En este mismo contexto, también ha recibido el pasado 4 de diciembre el Premio al Mejor Deportista español de 2013, concedido por el Consejo superior de Deportes.

El fruto de su esfuerzo es abrumador y no es de extrañar si tenemos en cuenta las 8 horas diarias de entrenamiento a las que se somete de lunes a sábado. La badalonesa ha superado todos los límites que ella misma estimaba imposibles, dejando boquiabiertos a rivales y a espectadores. Difícil que ahora ya nadie conozca su nombre y difícil también que Mireia compita en un torneo internacional y no sume una medalla.

Además, a la hora de sumergirse en el agua cuenta con un handicap que la hace única, es alérgica al cloro, paradojas del destino que, lejos de detenerla, hacen que solo escale hacia lo más alto.

Hasta los números saben a poco para calificar la grandeza de esta deportista, de esta mujer que continúa grabando con medallas doradas, plateadas, de bronce o récord su historia en el mundo de la natación.

Su última aportación a su envidiado palmarés: Cuatro oros y dos récord del mundo en el Mundial en piscina corta de Doha. Nuevos títulos a una lista de logros que parece no completarse nunca.

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