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Persona grata

“Utilizar las instituciones para dar bofetadas al contrincante político es un deporte muy español y parece que el Equipo de Gobierno pontevedrés ha querido decir algo parecido a esto: “Tú serás el Presidente de España, pero aquí, en Pontevedra, mandamos nosotros y ahora te vas a enterar”

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Quizás porque ando estos días saboreando las mieles del galardón de las letras que me ha concedido el Ayuntamiento, que en consecuencia es un nombramiento tácito de “persona grata”, me siente más conmovido y apenado por el nombramiento de “persona non grata” que el Ayuntamiento de Pontevedra ha infligido a Mariano Rajoy.

Rajoy es gallego de Pontevedra, y los mandamases del lugar, una conjunción planetaria de PSOE, Marea y Bloque Nacionalista, se han unido para darle una bofetada institucional que no creo que el hombre merezca. En realidad creo que nadie merece ser declarado persona “non grata” de una ciudad a menos de que haya sido sorprendido intentando bombardearla. Como no es el caso de Rajoy comprenderán ustedes que uno afee ese decreto municipal que tiene un tufo innegable a venganza política.

Utilizar las instituciones para dar bofetadas al contrincante político es un deporte muy español y parece que el Equipo de Gobierno pontevedrés ha querido decir algo parecido a esto: “Tú serás el Presidente de España, pero aquí, en Pontevedra, mandamos nosotros y ahora te vas a enterar”. Algo así ocurrió con un esparraguero que fue volteado y humillado por una vaca con la que tuvo la desgracia de encontrarse. La vaca, además de dejarlo todo magullado, le destrozó los espárragos que llevaba. Cuando el hombre iba ya de vuelta para el pueblo, todo molido, se encontró a un pequeño ternerillo. Sin pensárselo arremetió contra el pobre animalito y con un par de patadas lo dejó medio muerto. Pero antes de despedirse ordenó al ternero: “Y ahora vas y le dices a tu madre que te ha pegado el esparraguero.”

O sea. A la Moncloa no llegaremos, pero ahora que te hemos cogido aquí, en la puerta de  mi casa, te vas a enterar, Mariano. Y le han dado, sin más, la paliza que el esparraguero propinó al ternerito.
El señor Rajoy se ha quejado amargamente y ha respondido con buen criterio que ni a Hitler ni a Stalin lo declararon “persona non grata” en Pontevedra. Lo que me extraña es que no haya caído en un dato que está de cajón: los catetos, y el gesto pontevedrés me parece una monumental catetada, prefieren zaherir al vecino, al de la puerta de al lado, porque se disfruta más. Declarar “persona non grata” a un ruso o a un alemán no tiene encanto ninguno.

Esperemos que no cunda el ejemplo gallego, porque si es así no tardaremos en ver a ex Presidente, ex Alcalde e incluso ex Concejales declarados “non gratos” por el capricho de las Corporaciones de turno. Dios quiera que no, pero estemos prevenidos, porque todo el mundo sabe que se copia todo, menos lo bonito.

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