Arcos

Las indemnizaciones justifican las tareas para la retirada de cera

El Ayuntamiento se ha propuesto que se no se produzcan más accidentes en las calles por los efectos de la cera de las procesiones

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  • Señales de advertencia. -

El Ayuntamiento de Arcos afronta actualmente el pago de 40.000 euros en indemnizaciones por caídas en la vía pública como consecuencia del efecto de la cera que derraman las procesiones cofrades. Ello justifica la contratación del servicio de una máquina para quitar la cera de las velas y cirios, y así evitar accidentes de ciudadanos cuando caminan o circulan con sus vehículos, ya que viene siendo frecuente estos días los deslizamientos que acaban en colisión contra alguna fachada e incluso contra otros vehículos.

Así, el Ayuntamiento ha invertido poco más de cien euros al día en este servicio, que consiste en una máquina que elimina la cera de las calles mediante un sistema de agua caliente a presión; un trabajo que se ve reforzado con las tareas de los operarios municipales. Sin embargo, el empleo de la máquina también viene alterando la circulación de vehículos, aunque el grueso del trabajo se viene realizando en horario de noche y madrugada para evitar embotellamientos en las calles.
Desde la Delegación municipal de Infraestructuras, su titular, el concejal Manuel Garrucho, asegura que las cofradías no son las “culpables” de esta situación, pero deja entrever la posible falta de actuación de anteriores gobiernos municipales por evitar estos accidentes que, independientemente de las lesiones que pueden causar a quienes los sufren, suponen un elevado gasto al Ayuntamiento en concepto de indemnizaciones.

Estos trabajos, que se acometen coordinadamente entre las delegaciones de Infraestructuras, Tráfico y Medio Ambiente, están sirviendo para que se haya reducido drásticamente las denuncias por accidentes en la vía pública.

Además, estos trabajos comportan la instalación de una serie de señales advirtiendo a los conductores de la necesidad de extremar las medidas de precaución precisamente por la existencia de restos de cera en la calzada. Estas señales se instalan desde la zona alta de la ciudad -barrio de San Francisco- hasta el Barrio Bajo pasando por el casco antiguo.  Garrucho pide encarecidamente a la población que haga caso de las señales y justifica que no se hayan instalado con anterioridad por el gasto que ello supone para el Ayuntamiento sin que éste tenga apenas recursos para estas y otras dotaciones.

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