En esta consagración de los óleos de enfermos y catecúmenos, Mons. Zornoza, estuvo acompañado por los sacerdotes y diáconos que ejercen su ministerio pastoral en la diócesis.
Durante la homilía, el obispo diocesano expresó que “el Sacramento está en el centro de toda vida cristiana. Dios ha salido a nuestro encuentro y nos toca de una forma cercana”. En este sentido y refiriéndose a los santos óleos, Mons. Zornoza afirmó que “los óleos nos hablan de Cristo. Con los óleos y los sacramentos comprendemos mejor la misericordia de Dios”.
El obispo de Cádiz y Ceuta hizo un paréntesis para recordar a las víctimas de los atentados de Bruselas. Así, el prelado aseguró que con estos hechos “se nos hace presente la falta de paz en el mundo y la permanente batalla entre el bien y el mal. Nuestro mundo sigue siendo un mundo mísero, necesitado de esperanza y de Cristo. Hoy se pone ante nuestros ojos la misericordia de Dios, que quiere mostrarnos un camino de justicia para el mundo.”
En cuanto a la renovación de las promesas sacerdotales del clero diocesano, Mons. Rafael Zornoza destacó que “en este momento en el que actualizamos la presencia de Cristo entre nosotros tenemos que volver a contemplar a Cristo como la respuesta nueva que necesita el mundo, y la necesidad imperiosa de nuestro ministerio sacerdotal. Renovamos nuestras promesas para ser fieles ministros de Su misericordia”.
Por último, haciendo referencia a la realidad social que nos rodea, el obispo diocesano manifestó que existe una gran deshumanización. “Debemos mirar con los ojos de Cristo al hombre roto por el pecado y afligido. Nuestro ministerio entra de lleno en la reconciliación del hombre. Nuestra misión es predicar la conversión a los hombres y reconciliar, siendo ministros de la misericordia de Dios”.