Los derechos de los refugiados centra los cursos de Torres

El director del Observatorio Gregorio Peces-Barba de Derechos Humanos y Democracia de la Universidad de Jaén y director del segundo de los cursos de verano de la UJA en Torres, Juan Alberto del Real, indicó ayer que Europa no está dispuesta a atender a los cientos de miles de refugiados sirios que huyen de la guerra, “por lo que están fallando los derechos de solidaridad”.
Bajo el título 'Los retos de la globalización: los derechos humanos y los refugiados en la Europa actual', este curso tiene como objetivo visibilizar estos problemas desde el punto de vista humanitario y analizarlos desde el ámbito de los derechos humanos y desde la perspectiva política-jurídica internacional y estratégica.  El curso celebrará su segunda y última jornada este viernes abordando los retos actuales de los derechos y el problema de los refugiados en la Europa actual.
El profesor Juan Alberto del Real se refirió a los derechos de solidaridad como aquellos que asumen los problemas de otros, en este caso, los referidos a la manutención, el alojamiento o la vestimenta, entre otros. En su opinión, ni los gestores políticos de la Unión Europea, ni de los estados nacionales, “parecen estar por la labor”, ni tampoco desde la sociedad civil se presiona de forma contundente movilizándose. “Con la crisis se mira a otro lado y preferimos quedarnos en la zona de confort. Siempre hemos ayudado desde la Europa Occidental, hagámoslo ahora también”, dijo.
Por su parte, Carmen Rueda, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, aseguró  que la situación actual de los refugiados en España es principalmente “de carencia de recursos”, precisando que optan por países del norte de Europa como destino final. “Si bien es cierto que desde el Gobierno se están haciendo esfuerzos por proveer más plazas y poder dar cabida a los reasentados, hasta la fecha apenas han sido 200 las personas reubicadas en España de los 14.000 previstos”, declaró Carmen Rueda, que apuntó como principal causa las trabas burocráticas, concretamente la dificultad para la identificación y el traslado de esas personas a España.
Rafael de Prado Pérez, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, recordó que se cumplen cinco años de conflicto que han dado como resultado un país donde no se puede vivir, con seis millones de desplazados, la mitad de la población total, más otros cinco millones reubicados en zonas limítrofes, “con lo que prácticamente solo quedan las personas que no han podido salir”.