En la historia de la animación del siglo XX, la figura del cerdo ha tenido singular relevancia. Además del archiconocido relato de “Los tres cerditos”, que Walt Disney llevase a la gran pantalla, valga recordar personajes tan singulares como Butch y Sundance, esos pequeños puercos británicos que consiguen huir del matadero, el famoso Porky, compañero de andanzas de Bugs Bunny, que hiciera su debut con la Warner Bros en 1941, o la simpática y presumida Miss Peggy, compañera de Kermit en “TheMuppets”.
Películas como “Bave, el cerdito valiente” (1995) -de la que se rodó no ha mucho tiempo una segunda parte-, han contribuido también a que este animal se haya ganado la simpatía de pequeños y grandes.
Y traigo a colación estos apuntes, tras la lectura de “El libro de los Guarripios”, editado por Kalandraka con su habitual pulcritud. Se trata de una sugerente apuesta de ArnorldLobel (Los Ángeles, 1933 – Nueva York, 1987), quien lo diera a la luz por vez primera en 1983. (A lo largo de su trayectoria literaria, Lobel recibió numerosos reconocimientos; ilustroÌ