Sevilla

Howard Jackson consigue la nacionalidad tras 22 años

Este inmigrante es conocido en Sevilla por vender pañuelos en el semáforo de Plaza de Armas ataviado con mil y un disfraces

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Cargando el reproductor....

Howard Jackson llegó a Sevilla en el año 1997 y, a pesar de entrar en el país como refugiado, no ha sido hasta este 16 de octubre de 2019 cuando ha conseguido la nacionalidad española. Cantando “Yo soy español, español” y ataviado con la bandera de España (y también con la andaluza), ha seguido vendiendo sus pañuelos de papel, con sus disfraces estrambóticos, en el semáforo de Plaza de Armas.

No tengo palabras, soy un recién nacido

La vida continúa aunque quizás, ahora, le puedan dar la beca para continuar con sus estudios de Derecho, que apenas si han avanzado ante la imposibilidad de pagar la matrícula de las asignaturas. La sede del Registro Civil de Viapol se llenaba de periodistas este miércoles para dar cuenta de la oficialidad: Howard Jackson firmaba su juramento de la nacionalidad española tras más de veinte años residiendo en Sevilla y con dos vecinas de la ciudad como testigos, que han certificado que lleva más de diez años en el país, aunque en teoría para un refugiado hubieran bastado cinco.

No tengo palabras, soy un recién nacido”, decía ante las cámaras de 7 TV pero ya en su “lugar de trabajo”, en el semáforo de Plaza de Armas, donde ya se ha convertido en elemento propio de la ciudad, con su perenne cambio de disfraces y con su sonrisa, vendiendo pañuelos de papel. Sevilla es la ciudad que lo acogió en 1997, a donde fue trasladado desde Melilla tras un periplo de varios años por la tragedia de la guerra y la inmigración ilegal.

De su Liberia natal, de donde huyó de la guerra civil y con apenas 16 años, pasó por Costa de Marfil, Argelia y Guinea Bissau sufriendo guerras, campos de refugiados y engaños, hasta que una fuga masiva de Guinea lo llevó hasta Melilla. Y de ahí, a Sevilla. Hace 22 años. Ahora, quiere devolver a la sociedad lo que a él le ha dado. “No me he matriculado mucho por falta de dinero”, reconoce Jackson, que estudia Derecho a través de la UNED pero que sólo se ha podido matricular de algunas asignaturas. Ahora, con la nacionalidad española, al menos podrá optar a una beca. Y quizás, ser juez, como sigue soñando.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN