Escrito en el metro

Aquel nueve de octubre

Todos los desastres naturales se conjuraron sobre la ciudad que ya vivía su tercera epidemia de peste

Publicado: 04/11/2019 ·
16:15
· Actualizado: 04/11/2019 · 16:16
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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Cómo cada año, más allá de donde alcanza la memoria de los mayores, el pasado nueve  de Octubre volvieron a aparecer, entre unas matas de romero, tres rosas en la entrada de la Hacienda de El Retiro de Churriana. Cuentan que Julio Caro Baroja tuvo noticias de este misterio gracias a Gerald Brenan, mientras paseaban entre El Carambuco y La Tosca, y que bien le recordó a su Jardín de flores raras. La ubicación de tres rosas en un lugar era tradición de allí donde se había producido un milagro y en la Hacienda de Fray Alonso de Santo Tomás el prodigio estaba más que justificado. En el noveno día de octubre de 1680, Málaga supo lo que era vivir un apocalipsis. Todos los desastres naturales se conjuraron sobre la ciudad que ya vivía su tercera epidemia de peste, debida a años de gélidos inviernos, a la par queperiodos de sequía que eran sorprendidos por torrenciales lluvias que duraban semanas y que arrasaban cuanto encontraban a su paso, provocando la ruina de cultivos y pertinaces hambrunas. Un mes antes el cielo se oscureció y durante quince días la ciudad se sumió en la oscuridad. En medio de unas calles con regueros de sangre de aquellos que querían purgar sus pecados a base de infringirse latigazos, entre lamentos y plegarias, la gente deambulaba sin querer tener contacto entre ellas por miedo al contagio. El colofón sería un seísmo tan atroz que devastó toda la ciudad. Lejos de ser el fin, la esperanza o el milagro surgió  desde aquella hacienda churrianera construida por Fray Alonso. Sus elegantes jardines de flores raras bien sirvieron a la recuperación de una ciudad que se reconocía maldita.

El Retiro de Málaga, hoy cerrado a cal y canto, es un patrimonio de Málaga cuyo significado va más allá de los valores artísticos y botánicos, es un emblema de la memoria histórica de cómo la voluntad colectiva, con la sabia dirección de personalidades como Fray Alonso, puede levantarse tras una catástrofe tan atroz como aquel apocalipsis. El Retiro hoy más que nunca, en medio de un cambio global en el que las catástrofes son cada vez menos indulgentes, debe ser ese espacio para comprender a lo que debemos aspirar.

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