El 6 de enero de 2000, veía la luz en “Arcos Información” mi primera crítica. Recuerdo con emoción la alegría que sentí al recibir en casa el periódico y ver aquella columna rubricada con mi nombre. Comentaba entonces “Paesaggi senza ritorno”, un volumen en lengua italiana que acababa de editar en Udine el poeta triestino Gaetano Longo (1964).
“Arcos Información” era aún un diario quincenal, y en las siguientes dos semanas, dudé de si sería capaz de cumplir con mi anhelo de enviar un par de reseñas al mes. Tanta ilusión tenía y tanto empeño puse que, en efecto, fui haciendo realidad mi deseo y ser fiel a mi propósito.
Hoy, tanto tiempo después, inicio con estas líneas mi segunda década al par de este espacio, ya tan mío y ya tan vuestro. Mi fidelidad sigue intacta y mi ánimo renovado para alcanzar algunas décadas más. Porque la memoria y la verdad de estas estampas literarias me cosen con hilo grueso a mis entrañas arcenses y, cada semana, es esta una cita inaplazable y alentadora en mi tarea literaria.
No cabe duda de que el oficio de crítico sigue siendo un trabajo controvertido dentro del ámbito de las letras. Para algunos, esta labor esconde a un buen número de escritores fracasados, los cuales utilizan recursos ingratos y hasta vengativos en sus escritos. Para otros -afortunadamente- el crítico es un guía, una linterna que alumbra frente al aluvión de novedades que pueblan el mercado.
Confieso que para mí ha sido y es un placer ser parte viva de esta dignísima ocupación. Autoras, autores, responsables de prensa y marketing de las editoriales, colegas de profesión…, me han demostrado que al par de una crítica sincera y razonada no hay lugar para el enfado, ni la queja.
A su vez, quiero agradecer, la amabilidad y el buen hacer que me han demostrado los dos directores con los que he tenido el gusto de trabajar, Abraham Ceballos y José Antonio Benítez. Ambos, estuvieron y están siempre solícitos y atentos a cualquier incidencia, errata, necesidad…, que pueda surgir. La libertad que siempre he tenido y, al cabo, me han otorgado, les honra, muy de veras, en el ejercicio de su profesión.
Y se hace extensivo mi agradecimiento porque fue aquí donde me inicié como crítico, pero también desde donde mi trabajo y mi quehacer fueron extendiéndose. Gracias a ello, fui abriéndome camino en otros medios, y así, otras reseñas fueron apareciendo en periódicos y revistas nacionales e internacionales tan distintos como “La Vanguardia”, “Diario de Ávila”, “ABC”, “El Norte de Castilla”, “Clarín”, “Campo de Agramante”, “Turia”, etc.
Además, me honra poder pertenecer a la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL), quien en varias ocasiones ha contado conmigo para formar parte como jurado de los Premios Nacionales de la Crítica.
Hasta ahora, no había pensado en el número de críticas que llevo publicadas en este periódico. Pero tras una suma rápida y aproximativa, en 2020 sobrepasaré el millar, o lo que es lo mismo, 1000 críticas repartidas a lo largo de estas dos décadas de perseverancia y lealtad.
Gracias, pues, por tantas cosas. Y a vosotras y a vosotros, lectoras y lectores, por hacerme cada semana un hueco a vuestro lado.
