Isabel Díaz Ayuso aprueba el bar pero no pasa el VAR. Los hosteleros madrileños la adoran, con un agradecimiento grande y ciego, incluso en otras comunidades, como Castilla La Mancha, ha habido manifestaciones del sector con pancartas en las que se leía “necesitamos aquí una Ayuso”. Pero la candidata del PP a la reelección como presidenta de la Comunidad de Madrid no soportaría el examen de su gestión en el VAR futbolístico, con repeticiones de la jugada y rayas para detectar los fuera de juego. Entonces se anularía un gran número de esos goles políticos que se autoadjudica Ayuso que, en gran medida, ha reducido su gestión a la crítica obsesiva y electoralista hacia Pedro Sánchez, al igual que Aznar hizo con Felipe bajo el estribillo de “váyase señor González” debajo de su bigotón imperturbable de cuando entonces. Ayuso no pasaría el VAR, insistimos, salvo que en la sala ese día estuviera el colegiado Gil Manzano, que está decididamente dispuesto a favorecer al Real Madrid para que quede campeón de Liga. Ayuso es del Madrid, igual que Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de Gabinete, que dicen que ha servido para recubrirla de una tremenda seguridad en sí misma, como en su día hizo con Aznar.
Francisco Umbral escribió a finales de los 80 que la guerra de aquel tiempo había sido entre socialismo y Wall Street, y que, naturalmente, había ganado Wall Street. Pues bien, la guerra actual está siendo entre bares y ucis. Señalen ustedes al ganador. Porque hay bares en el centro de Madrid que han colgado carteles con la imagen sonriente y sin mascarilla de la presidenta, escoltada por una bandera de Estaña y otra de la comunidad, bajo el lema: “Ayuso somos todos/Gracias por cuidarnos”. El pasado sábado, a las 19.00, con una temperatura agradabilísima, una amplia zona de Chamberí, en el Madrid/madriles, era una auténtica fiesta en medio del desbarajuste. Es zona de copas y los/las jóvenes iban y venían a los bares sin mascarillas y con desmadre, sin protección y con cigarrillo, bajo la euforia del gin tonic y la primavera que la sangre altera, en un aquí estoy yo que hay que vivir, mientras a escasos metros se representa en el teatro Amaya la obra ‘Cuidados intensivos’, sobre tres sanitarias de una UCI -notable función de la que otro día hablaremos aquí-. Y, mientras, Ayuso lanza las consignas ‘made in Rodríguez’ más chula que el Pichi del chotis. Porque el pescado ya está vendido. Entre todos han ido a comprarlo. ‘Otra ronda’.