Ni la artística mirada de Julian Schnabel sobre Palestina en Miral ni la sinfonía emocional escrita por Haruki Murakami en Tokio Blues y comprimida para el cine por el vietnamita Anh Hung Tran convencieron ayer en la Mostra.
La Mostra de Venecia afrontó la que probablemente haya sido su jornada más pobre, gracias sobre todo al cociente negativo que resultó de la adaptación de La soledad de los números primos, éxito literario de Paolo Giordano recalculado erróneamente por Saverio Costanzo.
Balada triste de trompeta tuvo final feliz en la Mostra de Venecia, donde el jurado presidido por Quentin Tarantino otorgó a la cinta de Álex de la Iglesia los premios al guión y a la dirección en un palmarés en el que reinó Sofia Coppola con el León de Oro por Somewhere.
La historia de un asesino a sueldo que se ha movido entre México y EEUU es protagonista también del 67 Festival Internacional de Cine de Venecia, en el que se ha presentado el documental El sicario Room 164, dirigido por el italiano Gianfranco Rosi y filmado íntegramente en español.
La Mostra se había escrito en femenino hasta que ayer, en la última jornada competitiva, Paul Giamatti ha desplegado su extraordinaria capacidad para reflejar al hombre corriente en Barney's Version, cinta frente a la que no palidecieron los nuevos trabajos de Tom Tykwer y Monte Hellman.
La Mostra se mantuvo en lo notable en su cuarta jornada gracias al nuevo vodevil de François Ozon, Potiche, donde Catherine Deneuve deslumbra como líder de una hilarante revolución de las mujeres florero, y al hermoso relato antropológico ruso Ovsyanki, de Aleksei Fedorchenko.
La actriz española Paz Vega se reincorporó ayer al trabajo, tras su reciente maternidad, para presentar en el 67 Festival Internacional de Cine de Venecia la cinta Vallanzasca - Gli angeli del male, en la que interpreta a la fiel amiga de uno de los criminales más famosos de Italia.