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Análisis Diablo III: Eternal Edition (Switch)

Hordas, hordas y más hordas a mí. Venid enemigos del infierno que os mandaré de nuevo a vuestro infame mundo.No, no es una cita de una novela o el texto de un guión de una película. Es lo que se nos pasa por la mente…

Hordas, hordas y más hordas a mí. Venid enemigos del infierno que os mandaré de nuevo a vuestro infame mundo.No, no es una cita de una novela o el texto de un guión de una película. Es lo que se nos pasa por la mente cada vez que encaramos una nueva partida a este fenomenal Diablo III en Nintendo Switch.

Y es que la portátil de Nintendo nos está dando muchas alegrías desde su salida y si miramos este mes de noviembres más todavía. A la buena adaptación de Dark Souls, hay que sumar en esta ocasión el magnífico trabajo realizado con Diablo III. Cientos de horas entre dos juegos que pueden catapultar (más si cabe) a Switch en el próximo mercado navideño.

Independientemente de estrategias y números comerciales, el juego de Blizzard no pierde un ápice de su encanto y calidad pese a que caigan los años. No vamos a descubrir nada de este excelente título, ríos y ríos de tinta se han escrito sobre esta genial obra, con lo que es lo más acertado, desde nuestro punto de vista, atender a las muchas bondades que ofrece en su última versión.

Nos centraremos por tanto en la fantástica jugabilidad y precisión técnica de la que hace gala el título en la consola portátil, que nos dejará disfrutar de nuestra aventura en cualquier lugar y momento del día.

Pese a su estreno hace seis años en PC y Mac, Diablo III resurge con fuerza en las consolas de sobremesa para pegar el último salto de calidad en la portátil japonesa. Una andadura, que lejos de mermarlo, le ha dado la fortaleza y confirmación del magnífico trabajo realizado hace años.

Un gran estreno

Blizzard se estrena en Switch y lo cierto es que no ha decepcionado tanto a seguidores de la franquicia como a los más profanos que se acercan al mundo de Diablo gracias a la comodidad de la consola japonesa.

Diablo III es el título que más rápidamente se ha vendido en toda la historia de los juegos de PC*. La expansión Reaper of Souls introdujo la poderosa clase cruzado, el infinitamente rejugable modo Aventura y muchas otras características que han definido el juego en su versión actual, como las fallas nephalem de generación aleatoria. En 2017, Despertar del Nigromante trajo desde Diablo II una de las clases predilectas de los jugadores, la del nigromante, para poner a su disposición los horripilantes poderes de la sangre y el hueso. Todo esto se incluye en Diablo III Eternal Edition para Nintendo Switch, además de algunos artículos exclusivos, como el conjunto de armadura cosmética de Ganondorf, inspirada en el celebérrimo villano de la serie de videojuegos The Legend of Zelda.

 Técnica impecable

Diablo III llega a Nintendo Switch con la estela de una aplicación técnica magnífica. Se nota que Blizzard no quería dejar nada al azar y el título de Nintendo ofrece una versión sólida como una roca. El hardware de Nintendo Switch ya ha demostrado que puede hacer cosas muy interesantes con títulos previos como Skyrim, con lo que los chicos han indagado hasta el último hueco para dejar un Diablo III sólido y preciso en la versión Switch.

No eran pocos los que temían una mala resolución o los temidos tirones en pantalla con tantos elementos por destrozar, pero lo único cierto es que no hemos notado ninguna bajada de frames en nuestras contiendas y el juego mantiene la tasa de frames en todo momento. La resolución no se ha visto mermada casi y alcanza los 720p en modo portátil, mientras que el modo Dock aumenta hasta los 960.

Con todo ello, la sensación en pantalla es magnífica y si no eres demasiado ‘puntilloso’ con el tema de las especificaciones técnicas, sólo nos cabe decirte que Diablo III se mueve y muy bien en pantalla. No notarás las típicas ‘rascadas’ y verás las texturas muy claritas. Quizá Nintendo Switch pueda llegar a un poco más allá, pero déjanos decirte que no es algo importante cuando lo que ves es muy bueno y no te crea problemas de inmersión.

Sin duda, Blizzard ha cumplido de sobra en el apartado técnico y se nota que han puesto la máxima fidelidad con respecto a las consolas de sobremesa para que nadie se sienta un peldaño por debajo de lo que puede llegar a ofrecer a su público.

Un juego versátil, al estilo Switch

Qué decir de las posibilidades que ofrece Diablo III en Switch. Jugar con los Joy-Con no es algo que se diga al más puro estilo comercial. En esta ocasión, como en muchos títulos de Nintendo, los ‘pequeños mandos de la Switch adquieren en toda su esencia su razón de ser.

Fácil, cómodo y operativos. Los mandos se adaptan a la perfección y todo parece adaptado a la perfección. Cada botón y su situación están pensado para que el jugador esté lo más cómodo posible y dan un plus al título en la portátil.  Igual ocurre con el periférico Mando Pro, que también encaja como un guante con la configuración. Detalles que elevan la calidad de un producto de por sí sobresaliente. Desacoplar y jugar en un instante con alguien que esté cera de ti, gracias a los Joy-Con y su buena manejabilidad dan más vida incluso al título, elevando sus posibilidades jugables. No hay más que decir señoría.

Eso sí, por buscarle un pero podemos decir que quizá los pequeños mandos de Nintendo Switch terminan desquiciando a los jugadores menos ágiles en niveles de dificultad superiores. Todo no puede ser. Si no eres especialmente bueno, quizá necesites algo más de entrenamiento para dominar los Joy-Con.

Diversidad de modos y online

Con infinitas horas de juego y en constante evolución, Diablo III es una fuente inacabable de desafíos y aventuras, y la Eternal Collection incluye todas las características, mejoras y actualizaciones que se han añadido al juego hasta la fecha. Además de luchar a través de una historia de campaña épica que pasa por los Altos Cielos, los Infiernos Abrasadores y más allá, los jugadores podrán conseguir jugosas recompensas en el modo Aventura, una modalidad de juego con matanzas sin fin que consta de objetivos en constante cambio a lo largo y ancho de todas las ubicaciones del juego. Diablo III Eternal Collection también cuenta con temporadas, un modo de juego que alienta a los jugadores a crear nuevos personajes, a conseguir recompensas de temporada exclusivas y a destrozar hordas de demonios para hacerse con un hueco en las clasificaciones regionales.

Para jugar las temporadas de Diablo III no necesitarás una suscripción de pago al servicio de Nintendo, que sí pedirá para subir partidas a la nube y poder jugar en multijugador con otros héroes. Pero en ningún caso, el no tener la suscripción de pago no nos dejará jugar las temporadas y cumplir sus objetivos. Basta con conectar la consola a internet y el juego te pondrá al corriente de la temporada y sus misiones.

En definitiva, un viejo rockero como Diablo III llega a Nintendo Switch y su resultado no ha podido tener mejor acogida. Los fans de la saga tienen una nueva excusa para seguir con sus aventuras en cualquier lugar y además Blizzard abre el mercado a los jugadores profanos que nunca han dado el paso a acercarse a la franquicia desde su salida en PC. Variedad de modos, funciones online, técnica sobresaliente y la portabilidad de la Switch parecen ingredientes suficientes para augurar el éxito actual y futuro en la consola de Nintendo de uno de los juegos más carismáticos de la historia. Bravo Blizzard.

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