El restablecimiento de servicios básicos como el agua y la red de carreteras en las zonas afectadas por la erupción centraron la reunión de este viernes
El comité científico del Pevolca ha recordado este viernes que en la actual pase poseruptiva persisten algunos peligros volcánicos en La Palma, y ha insistido en su recomendación de no aproximarse a las coladas de lava debido a que hay grave riesgo de exponerse a gases, desprendimientos y altas temperaturas.
El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad 112 del Gobierno de Canarias ha informado asimismo de que el restablecimiento de servicios básicos como el agua y la red de carreteras en las zonas afectadas por la erupción centraron la reunión de este viernes del comité director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca).
Destaca que la previsión es que durante este mes se restituya la red de agua en la zona sur de la colada.
Además, en el comité director se expuso que los trabajos en la carretera de acceso a Puerto Naos están próximos a finalizar, después de que esa obra se haya visto afectada por la presencia de gases en la zona.
Este viernes se permitió el regreso a las viviendas de residentes de núcleos poblacionales tanto al norte como al sur de la colada. Además se ha habilitado la recogida de enseres en el gran almacén donde se habían depositado tras el desalojo de las viviendas para que las personas puedan volver a habitar con sus pertenencias sus propiedades.
En un comunicado se indica que hay 539 personas albergadas en hoteles, nueve menos que el último dato disponible.
El comité director también analizó la posibilidad de que en las próximas fechas se permita la vuelta a los hogares de residentes en otros núcleos situados al sur de la colada.
En la nota de prensa se subraya asimismo que este viernes ha sido el primer día que, desde que se inició la crisis volcánica en La Palma, no se ha registrado ningún terremoto en el visualizador del Instituto Geográfico Nacional. Tampoco se constata la presencia de tremor volcánico en las señales sísmicas.
El comité científico insiste en la recomendación de no aproximarse a las coladas de lava por el grave riesgo de exponerse a los gases emitidos, desprendimientos y altas temperaturas que, en algunos puntos de las coladas, alcanzan hasta 300 grados.
Desde el 4 de enero, fecha del anterior informe, la calidad del aire debida al dióxido de azufre (SO2), contaminante asociado al proceso eruptivo, se ha mantenido en niveles buenos en todas las estaciones.
Con respecto a las partículas menores de 10 micras (PM10), desde el 4 de enero se han mantenido los niveles de calidad del aire entre buenos y razonablemente buenos en todas las estaciones, sin nuevas superaciones del valor límite diario.
En cuanto a la previsión meteorológica, la tendencia para los próximos días es tiempo estable y flujo del este a sureste que inducirá la intrusión de polvo sahariano a partir del final de mañana sábado.
La operatividad del aeropuerto queda sujeta a las condiciones puramente meteorológicas, debido a la no presencia de ceniza volcánica en la troposfera.
La emisión difusa de dióxido de carbono (CO2), asociada a los 220 kilómetros cuadrados del sistema volcánico de Cumbre Vieja, refleja una tendencia descendente durante los últimos 7 días, aunque continúan siendo superiores al rango de valores considerados normales para el edificio de Cumbre Vieja.
En algunas zonas de Cumbre Vieja estas emanaciones difusas de CO2 pueden representar un peligro para las personas siempre y cuando se registren valores altos de flujo difuso de CO2 en zonas no muy bien ventiladas y/o a alturas por debajo de un metro del suelo como consecuencia de la posible acumulación de CO2 y descenso del oxígeno (O2) en el aire.
Concretamente en la zona de La Bombilla las emanaciones difusas de CO2 tienen claramente un origen volcánico llegando a alcanzarse concentraciones de CO2 en el aire relativamente altas.
El Pevolca dice asimismo que aún están en fase poseruptiva y se insiste en el mantenimiento de las zonas de exclusión terrestre y marítima para evitar los peligros asociados al penacho marino.