La inteligencia artificial es una tecnología polifacética que está dejando su huella en diversos ámbitos, y sorprendentemente, también en el terreno del amor. Es innegable que la IA ha llegado para cambiar y definir el futuro en múltiples aspectos de nuestra vida, desde aplicaciones en la salud hasta el ámbito económico y social.
Pero, ¿quién habría imaginado que la IA incursionaría en el terreno de las relaciones afectivas?
Ya no estamos hablando solo de esas llamadas telefónicas engañosas que intentan estafarnos a través de suplantaciones digitales. Ahora, estamos hablando de un presente en el que esta fascinante tecnología está explorando el campo del romance, desafiando las convenciones tradicionales del cortejo y la forma en que nos relacionamos con los demás.
La IA se está adentrando en un territorio emocional y afectivo, redefiniendo cómo concebimos las conexiones humanas. A medida que avanzamos hacia un mundo cada vez más digitalizado, la IA busca emular y comprender la complejidad de las relaciones humanas. ¿Será posible que, en un futuro no muy lejano, la IA pueda ayudarnos a encontrar ese compañero o compañera perfecta?
En algunas películas, series de televisión y novelas de ciencia ficción, la IA ha sido representada como un compañero romántico o incluso una «novia» artificial. Por ejemplo,
en la película «Her» de Spike Jonze, el protagonista desarrolla una relación sentimental con un sistema operativo con inteligencia artificial llamado Samantha.