Tras las últimas entregas, al fin llega una para los más veteranos y jugadores nuevos
Como cada año, Call of Duty saca su entrega anual, a veces peor a veces mejor, y otras depende del tipo de fan que tenga la entrega. Esta vez la entrega abandona la guerra futurista para volver un poco a sus raíces, donde muchos fans iniciaron su camino a través de la saga.
La campaña de
Call of Duty: World War II nos lleva de vuelta a la segunda guerra mundial, poniéndonos en la piel del soldado Daniels y su pelotón, liderado por el sargento Pierson. Nuestra primera misión sucederá en el desembarco de Normandía, pero… ¿Queréis que os diga una cosa? El juego no ha llamado mi atención por las misiones ni por situación histórica, que la campaña está bien, con misiones intensas, mucha acción, pequeñas dosis de sigilo y coleccionables para los más obsesivos. Sin embargo ha habido otros dos factores que me han cautivado a jugar la campaña.
Las tareas imposibles nunca existen…
El primero de ellos fue que en cuanto pisé tierra en la primera misión, vi una barra de salud y al recibir un par de tiros morí pensé: “Dios mío, algo está cambiando, no hay regeneración de salud”. Hay que decir que la campaña la he pasado en modo curtido para tener una experiencia más intensa, y que habré muerto sin exagerar más de 50 veces en toda la campaña, pero no me frustraba, buscaba una manera diferente de afrontar la situación gracias a las coberturas o las ayudas del pelotón. Estas ayudas son tales como darte un botiquín cada X tiempo, recarga de munición, de granadas, marcar enemigos, etc. Se podría decir, en resumidas cuentas, que el juego ha cambiado su diseño y mecánicas a mejor, ofreciendo experiencia de juego para todo tipo de jugadores y no el ir a saco a por el objetivo como pasaba en anteriores entregas.
Call of Duty: World War II nos muestra la parte fría de la guerra
El otro motivo por el que me ha cautivado la campaña, es menos técnico respecto al juego y más sentimental digamos. Call of Duty: World War II no es solo la segunda guerra mundial, sino también guerras internas personales de cada uno para superar sus traumas, la muerte de algunos de nuestros camaradas y a su vez, ver que el pelotón de combate es más como familia. En ciertos momentos de la campaña nos olvidamos prácticamente de que estamos cumpliendo un objetivo mayor, ya que estámos más pendientes de lo que ocurre entre nosotros. Esto se ve reflejado mediante muchos diálogos a lo largo del juego, cinemáticas, etc. El juego nos pretende decir que por muy soldados que sean, dispuestos a dar su vida en combate, siguen siendo humanos y tienen sus propios principios más allá del servir al país. Pese a que suene a tópico, que en parte lo es, a mí es lo que ha conseguido dejarme enganchado.
De manera general, se podría decir que la campaña es excelente, como comenté antes, es intensa, aunque por desgracia es corta. También cuenta con diferentes tipos de fases más allá del sigilo y la acción a pie, también tendremos fase de conducción y aviación, una de las cuales se ha convertido en mi favorita. También hay que sumarle la gran calidad gráfica y técnica del juego, que tanto in-game como en cinemáticas hace delicias visuales. Aunque esto es algo que siempre han intentado llevar a rajatabla.
Sin embargo, como desde hace tiempo, las campañas en estos juegos ya son los añadidos por muy excelentes que sean, mientras que el núcleo del juego es el multijugador y los zombis nazis, que son los modos donde más tiempo vamos a pasar jugando y más diversión vamos a tener.
En lo que respecta al multijugador, me ha agradado el diseño que han optado esta vez. Existen unas divisiones, que podríamos decir que son las clases o roles, especializados en armamentos diferentes y con bonificaciones al respecto. Ahora tenemos una base general en la que podemos practicar incluso las rachas de bajas, aceptar misiones para ganar experiencia y dinero, las cuales son de manera semanal, diarias y en cortos periodos de tiempo establecidos.
Luego aparte, tenemos las cajas de suministros, que nos van a dar las armas personalizadas, trajes, cascos, gestos, bonus de experiencia, etc. Cabe decir, que en lo que yo he jugado he abierto ya unas cuantas, entre misiones, subir de nivel y simplemente, eso, jugar. En lo personal no lo veo ningún tipo de mal, aunque bien es cierto que es un sistema que, como aquel que dice, acaba siendo ludópata, ya que quieres abrir más y más para ver que nos encontramos, pero es una manera de mantener al jugador enganchado.
Seguimos teniendo diferentes modos de juego clásicos, así que no os preocupéis por ver recortes en este apartado, así como cantidad de mapas. La dinámica una vez estás en partida se mantiene en la línea de lo habitual… muerte y destrucción por todas partes excepto en las partidas como buscar y destruir, que siempre hay que ir más cauteloso.
Sin necesidad de innovar, cumple con su prometido: el entretenimiento
Por otro lado, tenemos los zombis nazis, que siempre han supuesto un gran añadido a la saga debido a que cada vez han ido mejorando, añadiendo más elementos como historia y cada vez secretos más complicados. En esta ocasión contamos con 2 mapas para jugar, uno a modo supervivencia y otro a modo de historia. La gran diferencia entre estos zombis y los del último Call of Duty, es que ahora no se pueden reparar las ventanas, hay un circulo de vida y ya no existe la ventaja de titán, la cual ha sido cambiada por un “escudo” con el que aguantaremos hasta 3 golpes letales por parte de los enemigos.
Hay que decir que la aportación de historia a este modo de juego, siempre me ha parecido un añadido más que necesario desde hace tiempo, ya que matar zombis por matar, a veces llegaba un punto en el que era aburrido a menos que estuvieras con un par de amigos en casa, donde todo son risas. Sin embargo, esta vez el modo zombis ha logrado absorberme hasta tal punto que, fuera de bromas, uno de los días se me quemó el arroz. Hay que decir, que tampoco es que innove demasiado en esta entrega, pero siguen siendo igual de entretenidos que siempre.
Lo único malo a destacar de este modo son las cajas de suministros con los consumibles, haciendo que quien los adquiera, tenga más posibilidades de sobrevivir y cierta ventaja sobre otros, aunque no sea una vertiente competitiva del juego, se hace incómodo. Además de que, como siempre, si queremos más mapas para este modo acabaremos pasando por caja.
Conclusiones
Si bien Call of Duty es una saga con sus altibajos en las diferentes entregas, esta vez ha sido una entrega que cumple tanto para los veteranos de la saga como para los nuevos jugadores de los últimos años. Hay que decir, que tampoco es un juego que de manera general haya innovado sobre anteriores entregas o añadido cambios enormes, pero aun así, logra que se sienta diferente, pese a ser lo mismo de siempre a nivel jugable. Han sido los pequeños cambios en su diseño los que han marcado esta entrega como una a la que se debe jugar dentro de la saga, y que hará que muchos recuperen el cariño por ella. Así pues, también os
recomiendo jugarlo antes de juzgarlo por “ser un Call of Duty más”.
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