Jerez

La Iglesia de Santiago de Jerez presenta la imagen restaurada de San Cristóbal

La restauración ha corrido a cargo de Ismael Rodríguez Viciana. El historiador José Manuel Moreno Arana ha realizado nuevas aportaciones histórico-artísticas

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  • El acto de presentación de la imagen restaurada -

El pasado 30 de junio la Iglesia de Santiago de Jerez acogió la presentación de la restauración por parte de Ismael Rodríguez de la imagen de san Cristóbal. Asimismo, se contó con nuevas aportaciones histórico-artísticas tras la investigaciones llevadas a cabo por el historiador José Manuel Moreno Arana.

Según estas investigaciones se pueden sacar los siguientes datos: No hay datos seguros sobre el origen de la imagen, pero se puede proponer su procedencia del retablo mayor del desaparecido convento de la Veracruz. De este modo, podría identificarse con el San Cristóbal que sabemos que formó parte de este retablo, contratado en 1730 por el ensamblador sevillano José Fernando de Medinilla. La existencia de esta escultura está probada tanto por el contrato del retablo como por la descripción del mismo incluido en el inventario de la desamortización de dicho convento fechado en 1835. Tras el derribo de este cenobio en 1868, correría la misma suerte que otras imágenes del referido conjunto retablístico, que fueron trasladadas a distintas iglesias jerezanas. La de San Cristóbal pasaría entonces a Santiago, donde no aparece recogida en el inventario parroquial de 1849 pero sí en el del año 1913, por lo que hay que suponer que llegó a la parroquia entre esos dos años. Por otro lado, hay que indicar que durante la presente restauración se ha localizado una inscripción en la antigua peana, que documenta una intervención sobre la talla en 1899 por un desconocido Sebastián Hernández.

En cuanto a su autoría, su estilo responde al del escultor hispalense Bartolomé García de Santiago, habitual autor de la imaginería de los retablos de Medinilla y que debió de hacer toda la escultura del mayor de la Veracruz. La policromía, por su parte, presenta un estofado atribuible a Antonio de Escuda, dorador afincado en Jerez durante la primera mitad del siglo XVIII y presumible autor del dorado del retablo.

Grandes carencias estructurales afectaban de manera muy perjudicial a su propia estabilidad, apuntalada a la pared antes de la intervención. Pérdidas volumétricas en pliegues de los ropajes y anatomías, deficiencias estructurales y de cohesión, ataques de xilófagos, presencia de repintes u obscurecimiento de sus estofados, resumen su pésimo estado de conservación.

Por último, cabe destacar que esta restauración se ha llevado a cabo gracias a las ayudas pertenecientes a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.  

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