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Andalucía

La asistenta se declara culpable de la muerte de la mujer para la que trabajaba

La joven de 26 años que fue detenida el lunes por la muerte de una mujer de 64 años para la que trabajaba como asistenta, se ha declarado autora de los hechos.

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La joven de 26 años que fue detenida el lunes por la muerte de una mujer de 64 años para la que trabajaba como asistenta, se ha declarado autora de los hechos, según informó ayer el subdelegado del Gobierno en Granada, Antonio Cruz.

La detenida permanece en la Jefatura Superior de Policía, donde la Policía Científica y Judicial está llevando a cabo las diligencias oportunas para esclarecer lo sucedido, y para pasar posteriormente a disposición judicial, según indicaron fuentes policiales.

El subdelegado confirmó que la principal hipótesis sobre la que se trabaja como móvil del homicidio es una discusión por dinero y que el objeto con el que la víctima fue golpeada en la cabeza fue un jarrón.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 16:30 horas en una vivienda ubicada en el número de 3 de la cuesta de Escoriaza, hasta donde se desplazó una dotación de la Policía Nacional después de que los vecinos avisaran de fuertes ruidos motivados por una discusión.

Los agentes, que accedieron a la vivienda por el piso contiguo, encontraron a la dueña de la casa, de 64 años, fallecida y con un fuerte golpe en la cabeza propinado con un jarrón.

Durante la inspección de la vivienda, la Policía halló escondida en un armario a la presunta autora de los hechos, una joven de 26 años y nacionalidad española, identificada como A. F. H. M, que trabajaba para la víctima en labores domésticas.

La detenida contaba con antecedentes policiales, según informaron fuentes policiales, que concretaron que fue arrestada hace dos semanas por hurto al ser sorprendida robando 500 euros de una casa en la que también trabajaba como empleada del hogar.

La fallecida era una profesora jubilada que vivía sola y algunos vecinos, que habían visto en algunas ocasiones a la joven que limpiaba en su casa, declararon que no podían imaginarse "que pudiera ocurrir algo así".

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