Elena Tobar, la política del ?Principito?

Muchos podrían pensar que el cargo que ostenta le puede reportar, en cambio, más enemigos que amigos, no obstante, ?no es así, en la política hay más amigos que enemigos"

  • Elena Tobar, en un momento del café que compartió con los redactores de Viva Huelva. -
  • ?Siempre me he movido, desde muy pequeña, por ideales, no puedo defender algo en lo que no creo?
  • ?No puedo estar sin mi música. Me encanta la electrónica. Ojalá pudiera estar todo el día bailando por ahí?
  • ?Una de mis aficiones es la pintura. Me gusta pintar, y suelo hacerlo, aunque últimamente pinto muy poco ?
Del ‘Principito’ porque, del mismo modo que irradia la obra del aviador francés, Elena Tobar, filosofa de formación, cree “enormemente en la amistad” de la que, además, manifiesta ser “defensora”. “Ha sido mi libro de cabecera durante muchos años de mi infancia y adolescencia”, comenta. No es de extrañar, entonces, que haga hincapié en que “por nada renunciaría a mis amigos, a los que intento cuidar en lo que puedo”.
Algunos los conserva desde los 4 años, asegura, y no cree en eso de que los buenos amigos se puedan contar con los dedos de una mano, “en mi caso no es así, me faltarían dedos”, señala, al tiempo que acaba los últimos sorbos de su cortado.
Muchos podrían pensar que el cargo que ostenta le puede reportar, en cambio, más enemigos que amigos, no obstante, “no es así, en la política hay más amigos que enemigos, cuando entras en un proyecto como el que nosotros tenemos, te hace unirte mucho a los compañeros”, además, tiene la suerte de poder decir que “no me considero enemiga de nadie”. Incluso presume de llevarse bien con el rival, el equipo de gobierno, “vosotros lo podéis ver en los plenos, el debate es el debate, pero eso no quita que luego pueda haber una buena relación”. Sin embargo, apunta a que en el mundo en el que se mueve “sobra arte dramático y falta filosofía”.
Reconoce un defecto, “soy muy autocrítica y me exijo mucho”, por ello, probablemente, “a veces pienso que soy adicta al trabajo, porque no me gusta dejar nada atrasado y lo que tengo que hacer lo hago lo antes posible”. De este modo, cuando narra cómo es su día a día, no sorprende que lo resuma en tres tareas fundamentales, “trabajar, comer y dormir”. Eso sí, “ahora estoy sacando algo de tiempo y me voy a correr”, a una hora un tanto intempestiva, “las siete de la mañana. A ver cuánto duro, empecé hace poco”, advierte.
Cuando llega a casa, lo primero que hace es “poner música”, y si no, canta ella, “en la ducha lo hago”. Eso sí, “me invento las letras”, pero las melodías las respeta. Sobre todo escucha “indie-pop, mi género favorito”. Pero tiene de todo, “hasta vinilos conservo”. No le reza “a nada ni a nadie” y asegura no bajarse películas de Internet, “aunque alguna he visto”.
De lo que de ella se dice, no está de acuerdo sobre todo en una cosa, eso de que ha tenido una carrera meteórica. “La verdad es que no ha sido en absoluto así, llevo trabajando desde muy joven, al cien por cien y empecé desde abajo”. La actividad política, de alguna forma, le vino dada. Su forma de ser le abrió las puertas. Desde muy joven “me movía mucho, siempre he sido muy activa, incluso estudiando en Sevilla, los fines de semana y vacaciones organizaba actividades en Nerva, hasta que el entonces alcalde se fijó en mí y me ofreció colaborar”.
Luego, una cosa llevó a la otra, en Nerva, a finales de los 90, con la carrera de Filosofía y Ciencias de la Educación terminada, se quedó a las puertas de ocupar una concejalía. Fue entonces cuando el por entonces secretario general del PSOE en Huelva, Javier Barrero, “se fijó en mí y me llamó para la Ejecutiva Provincial”. Desde ese momento, ha pasado por ser secretaria de Movimientos Sociales y ONG, secretaria de Cultura, diputada del ramo en la Diputación Provincial y, ahora, secretaria regional del área y portavoz en el Ayuntamiento de Huelva, “la responsabilidad más importante que he tenido hasta el momento”.
Para estar en política, así como en la vida, Elena Tobar lo tiene muy claro: “Desde muy pequeña me he movido por ideales, no puedo defender algo en lo que no creo”. Quizás por eso le ha ido bien.

No le gusta el western, luego, lo que le echen
El cine “me encanta” y su película favorita es ‘Piedras’. Uno de sus directores de culto es Julio Médem. Lo que no soporta es el western, aunque con ‘Brokeback Mountain’ “me lo pensaría”. En música se decanta por el indie-pop, “en todas sus vertientes”. Y la electrónica, su preferida a la hora de bailar. En literatura, lo tiene claro, “todo el mundo debería leerse ‘El Principito’”. Recomienda una canción, With or without, de U2. Su momento predilecto del día es el desayuno y dice ser “más diurna que nocturna” porque “necesito la luz del sol para funcionar”.

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