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Calle Palacio

Mientras la tarjeta aguante

Cuando estamos a punto de dejar los ajetreados días navideños, muchos piensan que, tras los Reyes Magos y la vuelta al colegio, todo vuelve a la normalidad

Publicado: 05/01/2024 ·
12:04
· Actualizado: 05/01/2024 · 12:04
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  • Pago con tarjeta. -
Autor

Vicente Parra Roldán

Abogado y profesor, ha estado vinculado a los medios de comunicación onubenses toda la vida y colabora desde hace años con Viva Huelva

Calle Palacio

El articulista propone un paseo por las calles y situaciones de Huelva

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Cuando estamos a punto de dejar los ajetreados días navideños, muchos piensan que, tras los Reyes Magos y la vuelta al colegio de nuestros niños, todo vuelve a la normalidad más absoluta. Pero es, como tantas cosas de nuestra vida, una utopía por cuanto la realidad es muy distinta.

Veamos qué va a suceder. El mismo lunes comienzan las tradicionales rebajas y, como siempre, acudiremos a las mismas. Si, siempre decimos lo mismo “a contemplar lo  que hay porque ahora no necesito nada”. Pero, cuando llega la hora de la verdad, siempre “picamos” y algo nos compramos, dándole otro bocado a la tarjeta, ya muy esquilmada con los gastos navideños. Lo que hemos comprado no sabemos para qué sirve pero nos hemos dado el gustazo de comprar en las rebajas.

Y en plena ebullición de las rebajas llega otras fechas en las que volvemos a dar otro bocado a la tarjetas, los Carnavales. Habrá que ir alguna noche al Gran Teatro, habrá que disfrazar a los niños para la fiesta del Colegio y para la Cabalgata. Lo cierto y verdad es que los niños tienen que estrenar, un año más, un traje disfraz que les haga sobresalir de sus compañeros.

 Sin recuperarnos de los gastos realizados por el Carnaval nos llega otra fuente de gastos, la Cuaresma y, especialmente la Semana Santa. Para la Cuaresma hay que preparar el equipo con el que ir al Triduo de la Hermandad y, para Semana Santa, cumplir con la tradición de que “el Domingo de Ramos el que no estrena le falta manos”. Y cuando empezábamos a recuperarnos de los gastos navideños llega este nuevo bocado a la tarjeta que vuelve a ponernos en una situación económica difícil. Y no hablemos de las papeletas de sitio y de las túnicas -los niños han crecido mucho- que este año tendremos que hacer frente y que, cada día, están más caros pese a las enormes sumas de dinero que como subvenciones que reciben las Hermandades.  

A todo esto, la primavera viene espléndida y este año empezaremos la temporada de baño más pronto que en otras ocasiones. Y habrá que ir pensando en renovar los bañadores y las toallas para evitar la repetición con los del pasado año. Y, mientras tanto, el Rocío se nos echa encima y, como siempre, con nuevos gastos en vestidos, abalorios y demás, sin olvidarnos de la cuota que nos corresponde en la casa de la Aldea ni el alquiler del caballo. "El Rocío cada año más caro pero no dejo de ir porque tengo promesa” es una frase muy común en nuestra ciudad durante el mes de mayo.

A la vuelta del Rocío ya estamos pensando en el veraneo que también viene cargado de enormes gastos por múltiples conceptos. Pero cómo nos vamos a quedar sin ir a la playa y sin hacer un crucero. Total, un pequeño esfuerzo más pero consigo lo que tanto he deseado. Y, durante el veranero, las fiestas de la localidad y las Colombinas que no nos podemos perder.

Cuando llega agosto empezamos a pensar en los uniformes y libros de los niños porque septiembre está ahí al lado. Cuánto han subido este año pero hay que comprarlos. Y, además del uniforme, tenemos que comprar ropa para los niños que durante el verano han pegado el estirón, Otro bocado a la tarjeta.

A la vuelta de dejar a los niños en el colegio el primer día nos topamos con los primeros polvorones y turrones en la tienda de la esquina. La Navidad se acerca pero no hay que esperar hasta diciembre para probar los dulces y empezar a preparar el menú para estos días, los regalos de Santa Clauss y toda la parafernalia que traen consigo los días navideños. Otro bocado a la tarjeta que soporta todos los gastos habidos y por haber.

Afortunadamente, el tiempo pasa muy de prisa y, en ocasiones, no nos damos cuenta de nuestra situación. Sobre todo, mientras la tarjeta aguante.

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