El aumento del calor debido al cambio climático plantea serios desafíos para la vida en la Tierra en los próximos 30 años. Según estudios recientes, algunas regiones podrían volverse inhabitables debido a temperaturas extremas.
El estrés térmico, que combina el calor y la humedad, es una medida clave para evaluar la habitabilidad. Cuando la temperatura del bulbo húmedo supera los 35°C, las condiciones pueden volverse mortales para los humanos. Este tipo de calor extremo ya está ocurriendo con mayor frecuencia y se espera que aumente.
Sin embargo, no todas las regiones serán igualmente afectadas. Las áreas más vulnerables son aquellas con alta humedad y temperaturas elevadas, como partes del sur de Asia y el Medio Oriente. En contraste, regiones con climas más secos podrían ser más soportables.
La adaptación y la mitigación son cruciales. Reducir las emisiones de carbono y desarrollar infraestructuras resistentes al calor pueden ayudar a minimizar los impactos.