La población de Japón mayor de 65 años ha alcanzado los 36,25 millones de personas en 2024, lo que supone una cifra récord y vuelve a poner de relieve los desafíos demográficos que afronta el país, según estadísticas publicadas por el Ejecutivo nipón.
La cifra representa un incremento de 20.000 personas respecto al año precedente y supone el 29,3 por ciento de la población nipona total, lo que a su vez significa el mayor porcentaje entre los países del mundo con datos comparables, según el informe publicado por el ministerio japonés del Interior.
El documento, publicado con motivo de la celebración este lunes en Japón del Día del Respeto a los ancianos, recoge asimismo que uno de cada cuatro mayores de 65 años continúa trabajando.
De la población nipona mayor de 65 años, 20,53 millones son mujeres, y los 15,72 millones restantes, hombres.
Japón también cuenta con 12,9 millones de personas de 80 o más años de edad, lo que supone un 10,4 % de la población.
En base a las actuales tendencias demográficas, se prevé que la proporción de población mayor de 65 alcance el 34,8 % para 2040.
Asimismo, la población nipona de esa edad que continúa activa laboralmente asciende a 9,14 millones de personas, lo que representa también un nuevo máximo y el 13,5 % del número total de trabajadores del país.
Por industrias, las que emplean a más trabajadores de edad avanzada son los del comercio mayorista y minorista, seguidas por el sector sanitario, el del cuidado a personas mayores y el de servicios.
En Japón, la edad mínima legal de jubilación son los 60 años, aunque varía entre distintas industrias y las empresas aplican también sus propias políticas que pueden incrementar o reducir ese tope, en el marco de la política general a nivel nacional que ofrece incentivos para los trabajadores que quieran alargar su vida laboral.
El acelerado envejecimiento poblacional que experimenta Japón, unido a la caída de los nacimientos, representa un desafío para el futuro demográfico del país y para la sostenibilidad de su sistema de seguridad social.
En 2023, la población de Japón decreció en 2023 por decimoquinto año consecutivo, hasta los 124,8 millones de habitantes.
Asimismo, la tasa de fertilidad en el país asiático -el número medio de hijos por mujer en edad fértil- se redujo en 2023 por octavo año consecutivo hasta un nuevo mínimo histórico del 1,2 por mujer.
Estas tendencias demográficas han llevado al Ejecutivo que lidera Fumio Kishida a declarar el apoyo a la natalidad y a la crianza de los hijos una prioridad máxima a nivel nacional, y a aprobar durante la primera mitad del año un paquete de nuevas medidas con este objetivo.
Entre ellas se incluye la ampliación de las asignaciones mensuales por hijo (también conocidas como "cheques bebé") y la extensión de estas ayudas hasta los 18 años para padres en determinados rangos de renta, o el acceso a servicios de guardería para todos los pequeños independientemente del estatus laboral de los padres.
El nuevo sistema se financiará con una subida de las primas de la seguridad social, lo que la oposición ha criticado como una subida encubierta de impuestos, pese a que el Gobierno argumenta que la medida contribuirá a reducir el gasto en seguridad social.
La financiación del sistema nacional de seguridad social, cuyo gasto crece cada año, y las posibles subidas de impuestos para cubrir ese incremento acaparan gran parte del debate político en Japón tanto entre el Ejecutivo y la oposición como dentro de la propia formación gobernante, el conservador Partido Liberal Democrático, que celebra unas primarias para elegir al sucesor de Kishida el próximo día 27.