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A(Em)prendiendo

Emprendedor

Los directivos deben actuar como emprendedores y buscar oportunidades de mejora en sus organizaciones

Publicado: 12/11/2024 ·
06:04
· Actualizado: 13/11/2024 · 19:50
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Autor

Alfonso Miguel Márquez García

Profesor del Departamento de Organización de Empresas, Marketing y Sociología de la Universidad de Jaén y Socio de SECOT en Jaén

A(Em)prendiendo

El autor analiza en este espacio aspectos relacionados con el mundo de la empresa y el emprendimiento, buscando aprender, acompañar en el aprendizaje y estimular el espíritu emprendedor que todos llevamos dentro

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Los directivos deben actuar como emprendedores y buscar oportunidades de mejora en sus organizaciones. Toda la información a la que tienen acceso y todas las relaciones interpersonales en las que participan deben ayudarles a provocar que “pasen cosas”, que sus organizaciones no se limiten a hacer lo que ya hacen, sino que busquen nuevas soluciones, nuevas formas de hacer mejor, de forma más eficaz y eficiente lo que están haciendo, y nuevos desafíos para hacer más competitivas a sus organizaciones, siempre manteniendo el foco en las necesidades de sus clientes.

Una de las características que diferencia a las empresas de las startups es que estas últimas son más dinámicas y están en constante redefinición de su modelo de negocio. Las organizaciones que quieren aumentar su capacidad para innovar aspiran a funcionar como startups. Todo cambia, nada es permanente, y cuando se cree que se ha encontrado la solución definitiva se corre el riesgo de dejar de buscar. El problema es la “cristalización” de ciertas formas de pensar en las estructuras organizativas y en los equipos directivos. La flexibilidad se convierte en algo planificado e irreal, la creatividad se dirige dentro de los límites lógicos y racionales de “lo posible”, y resulta muy complicado intentar cosas nuevas si no se cuenta con el apoyo directivo.

Hace unos años, un alto ejecutivo al que le pregunté qué podía hacer su entidad para ayudar a mejorar una situación me respondió que lo habían intentado todo, y no creía que pudiera tener arreglo. Cualquier directivo que crea que algo no tiene solución acabará contagiando su forma de ver las cosas a los que tenga bajo su autoridad, y nadie tratará de llevarle la contraria para intentar encontrar nuevas soluciones que, según el que manda más, no existen. Al margen del efecto que tiene sobre la competitividad de la organización, el impacto sobre el personal es demoledor. Lo que no ve el jefe, no existe, y puede acabar por cegar a todos los que estén bajo su autoridad. El problema no es no conseguir mejorar, el problema es no intentarlo.

Los directivos deben actuar como emprendedores, deben ser creativos y proactivos para identificar oportunidades, deben impulsar la innovación y procurar gestionar los proyectos de acuerdo con las condiciones cambiantes del entorno. Deben mantener un punto de hambre y de locura (“stay hungry, stay foolish”), porque como decía Steve Jobs, solo las personas que están lo suficientemente locas para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo consiguen.

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