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Notas de un lector

Palabra que persiste

El nuevo poemario de Clara Janés, “Del imposible adiós” (Pre-Textos. Valencia, 2024), viene envuelto en la fragilidad de la existencia humana

Publicado: 07/01/2025 ·
12:10
· Actualizado: 07/01/2025 · 12:10
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Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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El nuevo poemario de Clara Janés, “Del imposible adiós” (Pre-Textos. Valencia, 2024), viene envuelto en la fragilidad de la existencia humana. Toda ella se ve reflejada en cada huella, en cada pausa con que la autora va desnudando su alma sin artificios, como si los versos fueran un espejo que expusiera las cicatrices del corazón.

Ella misma anota en su epílogo: “Vivir con una ausencia que te insufla el existir implica el sentimiento de que dejarás de ser si esta desaparece. Sé que estuve viva porque las palabras me lo dicen, pero ahora no hay latido en mí, sólo el aire me impulsa”.

Y es, precisamente ese aire el que resuena enunánime paradoja: el adiós es posible solo en la medida en que se hace imposible. Pues cada despedida está marcada por la certeza de que lo que se pierde nunca se va por completo. Este juego entre lo tangible y lo intangible atraviesa el conjuntoy evidencia aquello que no puede nunca llegarse a olvidar: “Sin pausa/me adelgazo/para recorrer/los subterráneos jardines donde duermes./En tal desvaimiento, siento sin forma/tu forma en mí,/palabra que persiste, abrazo/que en sí mismo,/se consuma./Y cuando ya/amenaza la nada,/oteo una luz: inconmovible/al frío/la primera violeta/de febrero”.

Estos treinta y tres poemas navegan entre las aguas del dolor, la pérdida, el pensamiento, la aceptación…, mediante una voz tan íntima como universal que, en ocasiones, surge como un grito ahogado, perpetuo en la quietud de una melancolía profunda, de una nostalgia persistente. La imagen concreta, la abstracción filosófica y la memoriaperdurabe van conformando una atmósfera densa y sugestiva: “Rapto escalante/ al uno/ -espacio y tiempo vanos- /que es imposible el otro entre nosotros;/ y así formamos breve gesto/ en extinción cuanto permitió el germen de una dispar esencia,/ en tanto se desvanecen los armónicos/ sin orillas ni aire/ ni cuadrantes ni mar;/ aliento acaso rodeado de nada,/o abarcador/ hasta/ lo inalcanzable”.

El duelo y la dicha, la fugacidad y la duración, la claridad y lo sombrío, se convierten en estas páginas en entidades casi palpables. Son ellas las que devienen en constante reflexión a través de las leyes del tiempo y del espacio, definitorias, en suma, de la transformación de los ulteriores anhelos ser y expuestos como dos caras de una misma moneda existencial: “Y deseo más, y me vence/ aquella fuerza oculta./ Acudo a tu orilla y te digo:/ reposa, reposa,/ que me repliego yo/en la muerte de los días/ Excesivo fue el gozo/ de ser al par otro y uno mismo. Mi cuerpo todo/ quedará desmembrado/ bajo mansa apariencia,/ tú en la quietud./ Y ambos en ósmosis/ de conocimiento,/ vencidos, a los pies/ del implacable amor”.

Un poemario, pues, de amplia riqueza simbólica, de constante exploración, que oscila entre lo introspectivo y lo trascendental, abrochadoa un verbo que cuestiona y asombra, y resuelto como unahonda invitación a asomarse al abismo del misterio humano:“Arenas movedizas/ la vida:/ no se hace pie/ la razón y su vara/ el deseo y su embate y el cuerpo/ imán que te convoca/ y se desintegra en su clamor…”.

 

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