La comparsa de Fran Quintana presenta un tipo colorido que enmascara una triste realidad. Son los habitantes de un pueblo llamado Wonderful, un trasunto de Cádiz, ciudad que siempre sonríe y no enseña los dientes por muy maltratada que sea. Su vida es tan bonita como falsa, pues los habitantes de esta ciudad son los principales cómplices de la mentira. Quintana aprovecha su primer pasodoble para reivindicar la carga gaditana, representada hoy en el Falla por el cuarteto del Gago y la chirigota de los bipolares. Reírse de la vida es lo más sano, y esta forma de ser les hace sentir orgullo de ser gaditanos. La afilada pluma del autor sale a relucir en la segunda letra, un piropo a Cádiz que se torna en crítica al Ayuntamiento por el derroche en luces de Navidad. Y es que la ciudad no necesita los maquillajes, pues sabe lucir sin tanta ostentación. Cuplés de trámite para un perro y una novia de Tinder que les ocupan la casa. El popurrí, destacado especialmente en cuanto a contenido, redondea una buena actuación.
Lo mejor El mensaje de fondo de la comparsa y la certera crítica del primer pasodoble
Lo peor La idea no es nada fácil de representar en escena y puede resultar algo difícil de seguir