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Los amarillos bailan al ritmo de Akinsola

Tres goles del nigeriano en media hora encarrilan la victoria del Cádiz ante el Almería B (0-4)

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  • Akinsola -
Se repitió la historia de la ida y el envite entre amarillos y rojiblancos no tuvo historia. El dominio gaditano volvió a ser incontestable de principio a fin hasta el punto de que el marcador ya reflejaba un contundente 0-3 antes de la media hora de partido. La calidad del Cádiz CF se impuso de nuevo ante la inexperiencia de un filial rojiblanco que acusó demasiado las bajas con las que contaba.

Desde el minuto uno el partido sólo tuvo color amarillo y, pese a que se esperaba que los almerienses mejoraran, las facilidades concedidas a los futbolistas de Jose González fueron tremendas. Tan sólo habían pasado siete minutos de juego cuando un saque de esquina a favor de los rojiblancos se convirtió en una especie de ataque boomerang que les hizo encajar el primer gol. Con el Cádiz atento para salir al contragolpe, el despeje de Baquero terminó en un envío largo hacia Ikechi, cuyo intento de autopase al guardameta cayó a pies de Akinsola para que marcara sin oposición. La defensa local se volvió loca literalmente cuando las dos balas negras disparadas desde atrás por el Cádiz CF llegaron a su área para abrir el marcador con una jugada de inusual rapidez.

Ikechi y Akinsola se bastaban para doblegar al filial almeriense, aunque sus compañeros tampoco querían perder su cuota de protagonismo. Así las cosas, un disparo lejano de David Ferreiro rozó el premio del gol, ese gol que en las últimas jornadas se le está escapando al gallego.

Al veinte de partido los cadistas volvieron a ver puerta. Un error garrafal de la defensa local sirvió en bandeja a Akinsola uno de los tantos más fáciles de su vida. De central a central, el balón fue botando sin que Manzano lo pudiera controlar... y eso cuando el nigeriano del Cádiz CF está tan cerca es un pecado mortal. Akinsola se hizo con el esférico sin más problemas y se deshizo de Gianfranco para ampliar la ventaja de un equipo gaditano que vivía un plácido encuentro.

Mientras Murillo y Baquero no dejaban un balón suelto en la zona de centrales, Aranda disfrutaba de sus primeros minutos como jugador del Cádiz en el lateral derecho. Y cumplió a muy buen nivel el habitual reserva de David de Coz, que no lo pudo pasar peor cuando los servicios médicos tuvieron que cerrarle una herida en la cabeza en el último minuto de la primera mitad. Ese fue el lunar, por mala suerte, de un futbolista que promete y mucho como integrante del equipo cadista.

Antes de la media hora, Akinsola ya había firmado su triplete particular. “Es el primer hat trick de mi vida, estoy muy contento”, comentaba el nigeriano cuando salía del terreno de juego en el descanso llevándose ya consigo el balón del partido. En esta ocasión el tanto fue una auténtica maravilla. Si los dos primeros habían sido de oportunismo y velocidad, el tercero fue un prodigio de calidad técnica. Un balón largo fue a parar al pecho del ariete cadista, situado en la línea del medio campo. Ese control exquisito mientras se giraba dejó sentados a sus dos marcadores y ahí comenzó una carrera en solitario hacia la portería que terminó como se veía venir en una tarde magnífica para el goleador. Gianfranco, otra vez presa de la desesperación, sólo pudo tocar el balón para recogerlo de sus redes en un partido que se le iba a hacer de los más largos de la temporada.

única opción local
Tuvo su opción el Almería B en una falta botada desde la banda izquierda. La defensa cadista se adelantó dejando en fuera de juego a cuatro jugadores locales, pero no al que llegó al balón, aunque el colegiado sí lo decretó por error para fortuna cadista, ya que el rojiblanco se había quedado solo delante de Aulestia.

Varios golpes al Correcaminos Ikechi Anya dejaron algo tocado al escocés, que salió del campo para no forzar su situación en un partido ya resuelto. De esta forma, además se daban minutos a Juanse, inédito en los últimos tiempos y necesitado de continuidad para sentirse útil.

Con los deberes hechos bien pronto, la segunda mitad bajó mucho la intensidad de la primera. Lo mejor fue Aranda, asentándose en su banda pese a llevar un aparatoso vendaje en la cabeza a causa de un choque fortuito con Pallarés. Tan bien se encontraba que Okoro fue cambiado de banda a ver si podía marcharse de Camille tras comprobar que Aranda no dejaba hueco alguno. El lateral derecho está bien cubierto con este futbolista y, por supuesto, el indiscutible De Coz.

Quien seguía con ganas era Akinsola, de quien fue el primer disparo peligroso en la reanudación, aunque el balón se perdió alto por muy poco. Un par de ocasiones preludiaron el cuarto gol cadista. Primero fue el central Pedro Baquero rematando fuera de cabeza un saque de falta. Instantes más tarde de nuevo Akinsola vio portería, pero había controlado el balón ligeramente adelantado y el árbitro Santos Pargaña no concedió validez al cuarto tanto cadista, cuarto también en la cuenta personal del ariete nigeriano.

Pero tanto va el cántaro a la fuente que el gol terminó llegando obra de Juanse. El sustituto de Ikechi controló un balón en la frontal con el tiempo justo para pensar y encontrar el hueco necesario para disparar con premio a la portería de Gianfranco.

Jose González no dejaba de ordenar a los suyos intentando que no cayeran en la relajación que suele proporcionar un resultado a favor tan claro. Además, dando entrada a Moke concedió media hora de descanso a Óscar Pérez y retiró al debutante Aranda, que en su última acción buscó la tarjeta amarilla para cumplir ciclo la próxima semana.

Con el 0-4, tímidos intentos locales como un disparo lejano de Richi no consiguieron poner en peligro la meta de un casi inédito Aulestia, que debe sentirse más que seguro ante la solvencia que viene demostrando la línea defensiva del Cádiz CF.

Y sin más sobresaltos por ningún bando se concluyó un partido que llevaba ya terminado una hora, justo cuando Akinsola agarró el balón para llevárselo a casa. Cumplió con creces su deber, aunque se llevara algún que otro grito en la segunda parte por mostrar algo de relajación. El nigeriano demostró que es el delantero con más pólvora del equipo cadista, aunque la competencia que tiene siempre cumpla cuando juegue.

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