Licencia para abortar

Publicado: 08/03/2009
La ministra Bibiana Aído reunió a un comité de "expertos" formado por exconcejales socialistas, escritores proabortistas y médicos titulares de clínicas en las que se practican abortos...
La ministra Bibiana Aído reunió a un comité de "expertos" formado por  exconcejales socialistas, escritores proabortistas y médicos titulares  de clínicas en las que se practican abortos. Una docena de personas con la misma afinidad ideológica y ninguna que piense en contrario. Con estos ingredientes Aído trata de tomarnos por tontos al manifesta que ha existido diálogo cuando ha decidio unilateralmente una posición y ha excluido a otras formas de pensar. El pensamiento único, uno de los ingredientes de las viejas dictaduras, va siendo norma en muchos líderes políticos de nuestra España. Ya lo vemos con la asignatura Educación para la Ciudadanía, donde se adoctrina a los niños y niñas españoles sobre lo que es bueno o malo pero en un marcado rumbo de sesgo político-ideológico. Y ahora, con la nueva ley del aborto, para colmo los padres españoles hemos de tragar que el Gobierno se arrogue la potestad de decidir que nuestras hijas puedan ir a abortar con 16 años aún a ocultas de los padres que se verían con consecuencias  penales si pretenden ejercer su función. Así que ya saben los padres de España que para operar a sus hijas de apendicitis o cualquier otra cosa han de autorizarlo, pero para abortar los padres no pintan nada. 

La ministra obvia que el aborto, amén de ser un crimen hacia la criatura más indefensa que es el ser aún no nacido, es en sí también una práctica quirúrgica en la que se emplean pinzas, trituradoras y soluciones salinas para quemar al feto. Esta barbaridad de que los menores de edad puedan actuar a espaldas de sus padres -amparados por un Gobierno- es un asunto tan grave que no tiene nombre ni antecedentes. A los padres, que nos gusta y tranquiliza  ir con nuestros menores al dentista o al médico para un simple dolor de garganta, ahora resulta que nos vetan y excluyen de una decisión que afecta a la integridad física y psicológica de nuestros menores. Una muestra de totalitarismo de Estado sin igual. Con estas normas, el Gobierno muestra su faceta más radical y fundamentalista y contraviene principios jurídicos constitucionales. El Gobierno pretende así ejercer de padre de quienes no son sus hijos mientras a los padres (y madres, se entiende) de este país nos manda a hacer gárgaras, dejando a menores de edad decidir algo para lo que no están preparados. Si la ministra Aído y sus "expertos" entraran en internet a explorar el testimonio del Dr. Nathanson (precursor del aborto a nivel mundial y a posteriori arrepentido por la carnicería humana que reconoció cometer en sus clínicas) y vieran los documentales científicos que han  demostrado la vida humana desde la concepción, me daría por  satisfecho. Tal vez entonces alcanzarían un mínimo de nivel cultural   para poder tomar decisiones de tan graves consecuencias para el nasciturus... y para la madre que lo habría de engendrar.

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