La cofradía de los Afligidos cumple hoy 75 años de su fundación

Publicado: 11/05/2014
Sí, hoy será un día grande para inscribirlo con letras de diamante en  los anales de la historia de esta singular venerable hermandad.

   Y como dice uno de los más fieles y veteranos de sus hermanos fundadores, Alfonso Domínguez Trigo en su artículo, Bodas de Diamante publicado en nuestro boletín Siembra: -siembra- es la palabra más adecuada para definir lo que él expone; augurándonos que la semilla de esta efeméride fundacional, se eternice por los siglos de los siglos.

  Por eso, 75 años después de su fundación y del espíritu joven y estudiantil, que le infundió su fundador el Rvdo. P. Franco a esta nuestra querida hermandad, en aquel día histórico 11 de Mayo de 1939.  Celebra hoy este Aniversario Fundacional mediante un solemne pontifical,  presidido por S.E.E el Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, como lo hiciera hace 25 años en aquel otro celebrado apoteósicamente en el Panteón de Marinos Ilustres, que dejó una huella inestimable, no sólo por el hito y la brillantez que causó en aquella ocasión el -cincuentenario fundacional- en el estamento cofrade, sino en todos los ámbitos de la ciudad.  Y Jesús de los Afligidos que llegó a La Isla poco después de la fundación de esta hermandad y más tarde lo hizo su Madre de la Amargura, tienen cierta complicidad para que se repitan las mismas condiciones anteriores; porque ambos se instalaron agasajados por un grupo de niños y jóvenes estudiantes ilusionados en la capilla, entonces, del Santo Cristo; dedicándoles amor, culto y devoción. Y recibiendo de Ellos, la cruz de guía que ha marcado el camino para llegar hoy hasta aquí.

   Hoy, ese Jesús y su Madre que siempre nos han acompañados y que han envejecidos juntos al lado de nosotros y nosotros con Ellos, han subido al altar de la ceremonia. Y Jesús extendiendo su brazo redentor sobre el hombro de su Madre para cobijarla; acercándose a ella con voz muy queda le dice al oído: ¡Fíjate Madre, cuántos hermanos, nos contemplan hoy! ¡Fíjate bien! Fíjate y mira en ese lateral: ahí están los que ya peinan canas. En el centro, hay otros entre jóvenes y adultos. Y en este lado más cercano a nosotros, los niños; los que más tarde, seguramente van a sustituir a los del centro. Ah! y allí arriba en el cielo, observa cómo otros hermanos nos miran con ojos brillantes y celestiales.

    Y además de todo eso ¡fíjate también! ¡Cuántas emociones hay en este día y cuánto protocolo! Qué música, qué coral y cuántas autoridades y  representaciones  nos dispensan en esta mañana. ¡Has visto Madre!

    Después de un breve silencio, su Madre le responde dulcemente. Es natural Jesús, hoy están aquí congregados para homenajearnos una gran familia -la familia de los Afligidos- y un pueblo -el pueblo de Dios- pero especialmente para honrarnos y devolverte a Ti -en solemne acción de gracias- cuanto hiciste por ellos y por toda la humanidad. ¿O ya no te acuerdas cuándo llevaba aquella pesada cruz camino del Calvario, en la que después fuiste crucificado? ¿Te acuerdas Jesús? ¡Claro que me acuerdo Madre, cómo no, y sabes, que lo volvería hacer para salvarlos!

   Alguien cercano al altar oyó este diálogo que mantenía Jesús y su Madre. Y con sus ojos humedecidos rápidamente entendió; por qué en los libros sagrados el término -afligidos- aparece como uno de los más citados con diferencias. Y por qué la misericordia de Dios está presta y atenta a socorrer el más mínimo atisbo de aflicción cuyo impacto, fue asumido con humildad y paciencia por su  Hijo en sus propias carnes.

    La aflicción, queridos hermanos, junto a la amargura es el reto y la seña de identidad de esta Venerable Hermandad Sacramental y de Penitencia, bajo la cual y como idea principal en la jornada de hoy, se reúnen con todos sus efectivos en torno a su altar para refrendar ante Ellos -tres cuartos de siglos- consolando la aflicción y la amargura de aquellos hermanos nuestros, que las sufrieron acongojados, pero que fueron socorridos con el mismo amor, la misma fe y el mismo espíritu, que nace de nuestro lema fundacional: ¡Cristo sobre todas las cosas! Por eso, no es extraño que si el salmo 33 dice: Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha. Haya sido otro sugestivo lema -elegido- para difundirlo en esta gran efeméride por constituir 75 años confiando en esas escuchas y sirviéndoles y amándolos sin límites ni condiciones.

   Que la semilla que hemos logrado plantar, perdure en las almas que busquen la luz, el alivio y la piedad, porque la encontrarán con sólo mirar a Jesús de los Afligidos y a María Santísima de la Amargura. ¡Que así sea!

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