Petición de un cofrade a otros, y a las partes

Vieytes apela a un desfile ordenado, al vestir y comportamiento de los presentes, así como a la importancia de los altares a lo largo del itinerario.

El próximo domingo saldrá el -Corpus Christi- la procesión de la Iglesia Católica. Es decir -la procesión de las procesiones- por cuanto significa. 

   El Papa Francisco dice: el Señor se hace paz, se hace don, misterio de “solidaridad”, se hace alimento para sostenernos en los momentos en los que el camino, se hace duro y  obstáculos ralentizan nuestros pasos (de la homilía del Corpus Christi pasado).

   Y las hermandades; tanto las de penitencias y entre ellas -las sacramentales- y también -las de gloria- tienen la oportunidad como miembros fieles de la Iglesia desde hace siglos, de participar y “caminar” solidariamente, en este acto solemne, sacramental y eucarístico.

   Pero no solamente son las hermandades y cofradías, sino todas las organizaciones religiosas. Así como el pueblo de Dios y los ciudadanos;  los que tendrían que tomar conciencia plena de lo que realmente en dicha procesión se representa y la importancia que tiene  en la vida interna, espiritual y cotidiana de los creyentes.

   La procesión es un medio y una manifestación pública y divulgadora de fe y de adoración al Amor de los Amores. Y revestidos de esos nobles sentimientos; deberíamos acudir a ella, resueltos como buenos cristianos y mejores cofrades con el pensamiento claro, el deseo fervoroso y el corazón limpio y abierto para aportar nuestras iniciativas de colaboración presta y  desinteresada; honrando su solemnidad.

   Y todas las hermandades, especialmente las sacramentales, están convocadas a participar y a mantener un comportamiento ideal que contribuya a introducir los más delicados detalles en la formación del cortejo procesional como muestra de espiritualidad, religiosidad, culto, devoción y sacrificio -desarrollado todo- con el más cálido y caritativo amor fraterno en honor de la  Eucaristía como alimento de nuestra Alma.

   Y si estas bondades traducidas en comportamientos cercanos, amorosos y reales se dan; determinarán que la presencia de los miembros de cada hermandad -mujeres y hombres- sean muy numerosas y completas, que desfilen ordenadamente, bien vestidos, con ropas adecuadas al acto; portando cirios y los atributos necesarios al caso. Y en las sacramentales por razones obvias -El Guión Sacramental- podría desfilar acompañado de pértigas y/o faroles y libreas por ejemplo. ¡Y cómo no! que los pasos de nuestra Patrona y nuestro Patrón, que tradicionalmente desfilan en el cortejo, precedidos de sus hermanos; constituyan un aporte más a resaltar el principal objetivo, que no es otro que -La Custodia- que cobija la esencia de Cristo bajo las especies del Pan y del Vino. Así como por otra parte fomentar todas las posibles convocatorias: vigilias, adoraciones, certámenes, conferencias, exaltaciones, exposiciones sin abandonar la dedicada a los altares. Y al mismo tiempo, que cada hermandad, distribuyan sus reposteros a lo largo del itinerario con el fin de decorar más si cabe, la celebración litúrgica del Corpus Christi en nuestra querida Ciudad.

   Y en cuanto a la ciudadanía también sería vital y de agradecer  su participación -tan necesaria- como en cualquier otro acto público,  teniendo en cuenta la magnitud que éste tiene; prestando su colaboración a través de banderas, crespones, reposteros y colgaduras en postes y balcones. ¡Qué hermoso marco ofrecería contemplar nuestra mítica Plaza de la Iglesia! llena de público y  engalanada en ese gran día como ocurre en otras localidades -algunas- muy cercanas a la nuestra.

   Nuestra querida Isla es una Ciudad  hospitalaria y en término  -cofrade-  tiene un gran prestigio y predicamento fuera de nuestro pequeño  municipio, pero muy grande en su objetivo manifiestamente deseado de ser visitada cuando se trata de algún evento irremisiblemente cofrade.

   Por eso creo -que entre todos- Iglesia, Ayuntamiento, Hermandades, Consejo de Hermandades y el Pueblo en general, unidos, juntos y correlacionados; deberíamos entender que afianzar la cultura de algunos de los procedimientos aquí expuestos, son los que con el tiempo,  establecen las costumbres y las tradiciones de nuestros pueblos y a su vez, nos enriquecen y despiertan el interés de los visitantes.

   No deseo arrimar al costal cofrade nada que no sea una realidad tangible, pero objetivamente no nos engañemos; porque en nuestra querida Isla, entre los variados acontecimientos que se realizan sin señalar a ninguno en concreto: los movimientos cofrades  -incluida su Semana Santa- sin duda destacan sobre los demás con diferencias.

    Estos requisitos, nos enaltecen y nos llevan a que nos reconozcan más y mejor. Por tanto -potenciémoslo- con todo nuestro esfuerzo y nuestro cariño; porque el resto llegará por añadidura. Es por eso, que el título de este artículo,  invita a participar en estas recomendaciones; colaborando en el propósito. Y si así lo consideran y sucede: Bendito y Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar ¡Gracias por ello queridos hermanos!

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