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Fernando López Gil no ha sido el único que se quedó compuesto y sin novia

Los centristas se negaron a asumir delegaciones en el Gobierno al considerar "antidemocrática" la actitud de los demás partidos.

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  • Corporación de 1979. -
  • Se cumplen 30 años de las primeras elecciones municipales democráticas
  • El Pacto de la Izquierda desbancó a la UCD, que fue la lista más votada en La Isla
Se suele contar a partir de 1985, cuando el municipalismo contó con un estatuto propio y una reglamentación y todo comenzó a ser como es ahora, posiblemente demasiado parecido a como es ahora porque demuestra que no se han corregido los errores, o que todo se hizo demasiado bien. 

Pero desde después de las primeras elecciones municipales tras la Dictadura de Franco, los que sufrieron el llamado Pacto de la Izquierda sí cuentan esos comicios como los primeros en los que los pactos -como diría Carmen Pedemonte en mayo de 2007- pervirtieron la democracia y gobernaron aquellos que más izquierda tenían en sus filas. Esto es, todos menos la Unión de Centro Democrático y Alianza Popular, entonces una coalición de siete organizaciones políticas o protopartidos que luego se convertiría en el Partido Popular actual. Se presentó en La Isla como Coalición Democrática (CD).

Obviamente, gobernó la izquierda allí donde fue más numerosa que los partidos conservadores, como fue el caso de San Fernando donde los ganadores de esos primeros y apasionantes comicios municipales no fueron los que formaron gobierno, sino la convergencia en un mismo interés político del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Socialista de Andalucía (PSA) y el Partido Comunista de España (PCE). 

La Unión de Centro Democrático (UCD), que gobernaría hasta noviembre de 1982 en España tras ser arrasada por ella misma y por el socialismo moderado de Felipe González, se quedó fuera del gobierno de San Fernando a pesar de que el funcionamiento de aquellos tiempos, a base de un alcalde y una comisión municipal permanente, le permitía y así se lo ofrecieron, formar parte del organigrama. 

Uno de los que ganaron las elecciones y no gobernaron, ni pudo hacerlo luego como candidato del Partido Popular aunque sí llegó a ser diputado nacional, Juan Ibáñez Haro, aprovechaba que precisamente hoy se cumplen 30 años de esas “históricas” elecciones -como las calificaban todos los medios de comunicación- , para actualizar la historia y recordar lo que le ha aclarado al líder socialista actual, Fernando López Gil: que él no ha sido el único que se ha quedado con la miel en los labios por culpa de la “perversión de la democracia”, ganando las elecciones y teniendo que estar en la oposición por el actual pacto de los nacionalistas de izquierda y los conservadores del centro.


Un clima de euforia
Las elecciones se celebraron el 3 de abril de 1979 en un clima de euforia y bajo ese lema también “histórico” de Habla, pueblo, habla, una canción que como Libertad sin ira se convirtieron en auténticos iconos de la Transición. 

El resultado, con seis partidos en liza, no arrojó mayoría absoluta de ninguno de los pretendientes -una tónica general en San Fenando hasta la mayoría absoluta de Antonio Moreno en 1991- y por lo tanto se puso en marcha el pacto a nivel andaluz de toda la izquierda reunida, algo que hoy en día no es posible, al menos no con la consistencia que tuvo aquel Pacto de la Izquierda que de todas formas, no fue un camino de rosas en todos los casos. 

Pero centrando el tema en San Fernando, la ganadora fue la candidatura de UCD, que consiguió nueve concejales en las personas de Antonio Ramírez Roldán, Jesús Martín Almeida, José Antonio Muñoz Vázquez, Juan Ibáñez Haro, Manuel Rodríguez Bernal, Emilia Sevillano Pérez, Juan Galera Recha, Guillermo Rodríguez Martín y Diego Cruceira Díaz.

Segundo más votado
El segundo partido con más concejales fue el Partido Socialista de Andalucía (PSA), con un total de siete, que eran Fernando Rodríguez Viaña, Avelino Arias Soto, Alfredo Díaz San Ignacio, Antonio Mesa Ruiz, Alejandro Zapata Fernández, José Díaz González y Andrés Ruiz Pizones. 

Los socialistas consiguieron escaños para José Mendoza Sánchez, José Luis Sordo Díaz, Ponciano Málaga Sánchez, Rafael Garófano Sánchez, Manuel García Barroso y Adriano Lozano Fernández. Finalmente, el PCE consiguió tres concejales, Ignacio Vera Bustamante, José Pecci Rodríguez y José María Castro Valencia. 

Si hubiera sido el alcalde el representante de la lista más votada, como ahora se predica antes de las elecciones y se incumple después a conveniencia de unos y otros, el primer alcalde democrático hubiera sido Antonio Ramírez Roldán, de UCD, pero el Pacto de la Izquierda hizo que lo fuera el primero de la segunda lista más votada, Fernando Rodríguez Viaña, del PSA, que apenas estuvo un mes en el cargo. 

Tras dimitir, tomó el timón del Ayuntamiento el segundo alcalde de la democracia, un gallego llamado Avelino Arias Soto que fue alcalde andalucista y socialista, además de intentarlo por libre con un partido llamado Partido Independiente Isleño (PII) que no consiguió representación ante el primer barrido de los andalucistas de Antonio Moreno.

Primera dimisión
Pero esa y el destino político de aquellos primeros concejales es otra historia, aunque se puede recordar que Ignacio Vera, del PCE, terminó de concejal y secretario local del PSOE; Vázquez Caña protagonizó la ruptura de UCD en La Isla; Rafael Garófano terminó en la política capitalina y Andrés Ruiz Pizones fue el político con más mandatos corporativos en la historia de la democracia moderna en San Fernando, y siempre en el mismo partido. 

Lo cierto es que tras las elecciones del 3 de abril y los resultados reseñados, tras el Pleno constituyente celebrado el 29 de ese mismo mes quedó la Corporación de la siguiente manera: Fernando Rodríguez Viaña como alcalde y como miembros de la Comisión Municipal Permanente, Agustín Mendoza Sánchez (PSOE), Ignacio Vera Bustamante (PCE), Avelino Arias Soto (PSA), Antonio Ramírez Roldán (UCD), José Luis Sordo Díaz (PSOE), Andrés Ruiz Pizones (PSA), Juan Ibáñez Haro (UCD) y Manuel Rodríguez Bernal (UCD). 

La elección del alcalde, según se recoge en la crónica del periódico local de la época, Mirador de San Fernando, fue refrendada con una “fuerte ovación por parte de la mayoría de los asistentes”.
Obviamente no por todos, por cuanto desde la UCD se había puesto de manifiesto la operación política que suponía no ostentar la Alcaldía de San Fernando a pesar de hacer sido la lista más votada con casi 2.000 sobre el segundo, la candidatura del PSA. 

Recordando esos resultados, sobre un censo de 43.480 votantes votaron 24.127, un 55,48 por ciento, más 66 votos en blanco y 128 nulos. Esos 24.127 votos se repartieron entre los 8.046 para la candidatura de UCD; 6.008 votos para el PSA; 5.425 para el PSOE y 2.473 para el PCE. Hubo dos partidos más que no consiguieron representación, PTA (1.122) y Coalición Democrática (859).

"Ni democrático ni progresista"
El Pacto de la Izquierda no se materializó sólo en arrebatarle las alcaldías posibles a las “reminiscencias” políticas del Régimen, sino que se acompañaba de actitudes que según los dolientes, la UCD en el caso de San Fernando, dejaban en evidencia la escasa tradición democrática de entonces. Aunque posiblemente lo denunciado por UCD sólo sea un reflejo de lo que sigue ocurriendo en la actualidad. 

El portavoz de UCD denunció que la distribución de las delegaciones y el orden de suplencia de la Alcaldía a favor de los tenientes de alcalde se había hecho sin contar con la opinión de los centristas, lo que les parecía “poco coherente” dada la representatividad ganada en las urnas. 

También consideraron que el reparto de delegaciones era “absolutamente antidemocrático en cuanto se conculca notoriamente la voluntad popular”, que concedió a UCD un 35 por ciento de los votos. “Esto demuestra que no se intenta hacer una política municipal, sino una política de partido, haciendo prevalecer los pactos secretos sobre los verdaderos intereses del pueblo y la voluntad popular”. 

Esos argumentos hicieron que los concejales de UCD decidieran no aceptar las delegaciones que se le ofrecían, “ya que entiende que lejos de pedirle colaboración, se le margina y desprecia sin miramiento”. 

En otro momento de su intervención ante el Pleno, el portavoz de UCD manifestó que si ese criterio era mantenido por unos partidos que se autocalifican como “democráticos y progresistas, creemos que conduce a un régimen que no es democrático porque vulnera la voluntad popular”. Y ahí quedó el primer capítulo de una historia de 30 años.

Desde entonces a la actualidad
El escaso tiempo que Fernando Rodríguez Viaña estuvo al frente de la Alcaldía le confiere el título de primer alcalde de la democracia tras las elecciones de 1979 y así se lo ha reconocido tanto la historia como la ciudad. 

Tras Rodríguez Viaña asumió la Alcaldía Avelino Arias Soto desde las filas del PSA, aunque posteriormente se convertiría en el primer concejal y alcalde que hoy llevaría una etiqueta nada edificante y además puesta por un organismo de dudosa solvencia y más que dudosos resultados esclarecedores de la buena praxis política, esa especie de tribunal de la inquisición buscador de chaqueteros, también llamado tránsfugas en el mejor de los casos. 

El Pacto por La Isla, en el verano de 1989, sentaría en la Alcaldía a Antonio Moreno Olmedo a través de una moción de censura bajo el pomposo título de Pacto por La Isla, formado por los andalucistas, los populares y el concejal independiente Manuel Martín, hasta que en 1991 comenzó el largo reinado de los andalucistas, con Moreno a la cabeza, ganando elecciones por mayoría absoluta en unos comicios y perdiéndola en los siguientes, para volver a ganarla cuatro años más tarde. 

Esa circunstancia era la que en las elecciones de 2003 hacía que los andalucistas pensaran que estaban dentro del ciclo malo cuando Antonio Moreno sólo consiguió diez concejales, la cifra más baja de su historia política y que en 2004 se viera obligado, o no, a retirarse de la Alcaldía y ceder su puesto al segundo de a bordo, Manuel María de Bernardo, que recogía el testigo a finales del mes de enero de 2004. 

Pero lo que los andalucistas consideraban que era un bajón normal de cada cuatro años, se convirtió en la evidencia de que algo comenzaba a fallar en el engranaje andalucista y Manuel María de Bernardo, después de ser alcalde por sucesión durante tres años, no pasaba la reválida de las urnas y por primera vez en veinte años era vencido por los socialistas, con nueve concejales, contra los sendos ocho conseguidos por el PA y por el Partido Popular. 

Ahí se llega al principio de la historia y al final de ella. La lista más votada está en la oposición aunque el pacto ha sido a diestra y siniestra.

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