Cuando no sólo hay que ser honrado

La duda se cierne de nuevo sobre el Ayuntamiento ante juicios paralelos. La presunción otra vez queda tirada.

De pequeño decían que señalar con el dedo era de mala educación. También mentir lo sigue siendo. Partiendo de la base que las irregularidades y los desmanes, y más de los que se suponen deben gestionar y gobernar, son en su definición, los que deben dar ejemplo y dónde no sólo basta con ser honrado, sino parecerlo y serlo, de iluso, igualmente, es poner la mano en el fuego por el prójimo.

De la misma manera, enjuiciar de antemano cuando aún el que debe hablar, el juez, es el que tiene la potestad de pronunciarse, muestra ciertos tics que comen terreno en una Democracia siempre en tela de juicio.

Cuando todo se cuestiona, se señala, se juzga y se condena sin juicio y sin sentencia en firme, la marejada de la semana toma el run run de los que empiezan a etiquetarlos como culpables. Los juicios paralelos no ayudan a desgranar al infractor y a la víctima.

El denunciante, juez y verdugo argumenta, desea y amolda una realidad que no aún no es tal. Igual de triste es que la duda se cierna otra vez sobre el Consistorio. Las inhabilitaciones, juicios, sentencias y chanchullos varios del pasado, no tienen la memoria, ahora, suficiente como para entonar la mayor de las responsabilidades cuando los señalados piden Justicia justa ante las supuestas irregularidades. De haberlas, que la Justicia se manifieste.

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